Si observamos la
secuencia de los últimos pasos de la oligarquía obtendremos una línea de
preparación de ataques de grandes proporciones a la Revolución.
Asesinato de
Chávez, elecciones forzadas, comportamiento insurreccional en estas elecciones,
desconocimiento del CNE, susurro a los militares, saboteo eléctrico,
nombramientos militares con clara intención provocadora, infiltración de
paramilitares, desabastecimiento, acaparamiento, activación de las gavillas
fascistas, presiones para desconocer las elecciones, ataques a PDVSA... todo
insinúa el desarrollo cruento de la estrategia oligarca.
Esta columna
escrita el viernes, sale el lunes, entonces tendremos una visión más clara del
camino seguido por los escuálidos. Es oportuno revisar las tendencias dentro
del campo contrarrevolucionario, las tensiones que allí se generan, las
posibles conductas, sus consecuencias. Veamos.
En el campo
oligarca encontramos dos bandos principales. Uno, el golpista franco: en él
militan maría corina, diego arria, el renegado medina, pugnan por una salida
violenta, tienen nexos con los paramilitares de uribe, y los más inescrupulosos
servicios secretos. Participan en las elecciones sólo para potenciar sus
planes, las usan como trinchera. En el otro lado encontramos a los falsos
demócratas: tienen las mismas intenciones represivas, pero las revisten de un
aire pacífico. Su plan es volvernos a las miasmas de un pacto del tipo punto
fijo.
El esquema tiene
alta eficacia, con él consiguieron degollar a la posibilidad revolucionaria que
se abrió el 23 de enero del 58. Allá, con el fantasma del golpe nos llevaron a
una conciliación con los reformistas, con los burgueses. Se valieron de la
ingenuidad de aquella dirección. Fabricio en su carta de despedida al congreso
reconoce el hecho cuando dice: "el 23 de enero, lo confieso a manera de
autocrítica creadora, sólo hubo un cambio de hombres."
Es así, la
amenaza de golpe lleva a la Revolución a la conciliación, y la conciliación
debilita a la Revolución y facilita el golpe. Es una tela de araña fatídica
capaz de atrapar a las revoluciones incautas.
El próximo paso
tiene necesariamente que inscribirse en este esquema. Las dos tendencias darán
sus pasos. Ya los llamados a conciliación abundan: artistas, encuestadores, y
monseñores, trasmutados en actores políticos, son los voceros de la
conciliación.
Los
golpistas avanzan en la creación de agitación, de desestabilización. Los
conciliadores seguirán tirando puentes. Existen las excusas para una y
otra opción.
¿Qué hacer? La
Revolución tiene suficiente experiencia como para no dejarse atrapar en este
cepo, propio de la dominación burguesa. Es necesario que nuestra dirección
reflexione sobre el poder, su soporte, y el fetichismo de las elecciones que la
burguesía usa para sostenerse en el poder pero que no cumple cuando su
dominación peligra.
Debemos pensar en
la experiencia de Allende quien fue más fiel a la democracia burguesa que los
mismos burgueses, y que lamentablemente se dio cuenta tarde de que el
poder en definitiva es sostenido por la mayoría actuante y no por los frágiles
números de una elección.
¡Defenderemos
el sueño de Chávez!
3 comentarios:
Cámarada, tomando en cuenta sus reflexiones y con mi humilde análisis obrerista del momento histórico de la revolución considero que llegó el momento decisivo de la Ofensiva Obrera, de una vez y por todas, el proletariado debe pasar a la vanguardia de la revolución, acción obrera, es todo o nada, no dejemos que un moderado o gradual avance, nos haga perder la oportunidad de reimpulsar la revolución. ¡Chávez Vive, la lucha sigue!
Asi mismo es. HASTA LA VICTORIA SIEMPRE...
TODO POR ESE SER UNICO MY COMANDANTE HUGO CHAVEZ VIVIRAS Y VIVIRAS X SIEMPRE TE AMAREMOS
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