El Corazón de
esta Revolución, la pasión que despierta, no es la de un artista de Hollywood,
o de un producto comercial de moda, es algo más profundo, es la pasión que
acompaña a los soldados de las causas nobles, es la misma de la Independencia y
de las luchas hermosas que estremecieron con su altruismo al Continente en los
años sesenta, fogosidad del espíritu, llena de amor, es la que sólo puede
despertar la causa que da sentido a la vida, que proporciona razones sagradas
por las cuales luchar.
En esta época que vivimos sólo la batalla por el
Socialismo verdadero, es capaz de despertar esa pasión, de romper el marasmo de
la vida, el aburrimiento de una existencia sin sentido, miserable, que no
consigue elevarse del consumismo, de la rutina.
Chávez se yergue como un líder porque rompió con
cincuenta años de parsimonia, de mentiras, fracturó el
nefasto pacto de punto fijo, y lo hizo de la única manera que eso era posible,
con una acción audaz, llena de entrega, de altruismo, de amor. El Corazón de
Chávez tiene que significar ese acto.
El Comandante llega al poder y no traiciona a su
pueblo, como tantos otros depositarios de la confianza popular. En un
mundo de izquierdismo quebrado, de revoluciones traicionadas, de transiciones
que pueden durar siglos, de asistencia a foros de Sao Paulo y simultáneamente a
foros de Davos, en medio de tanta desvergüenza, él, con valentía
política, se declara antiimperialista, anticapitalista y Socialista. Ese
coraje debe ser reflejado en el Corazón de Chávez.
La gente llora junto a Chávez porque lo siente
auténtico, se sabe bien representada por el que ofrenda su vida en la
conducción del pueblo hacia la tierra prometida, hacia el Socialismo, y en ese
empeño se consume. El pueblo humilde paga con amor ese amor. Ese
sentimiento único que se fragua en la entrega sincera debe ser reflejado en el
Corazón de Chávez.
Chávez mantiene relaciones con los gobiernos
perseguidos por el imperio: Saludó a Saddam Husein, condenó la invasión a Irak,
estrechó lazos con Irán, con valentía se puso del lado de Libia agredida y,
sobre todo, es hermano de Fidel, Raúl, del pueblo de Cuba. Esa soberanía debe
ser reflejada en el Corazón de Chávez.
La ayuda a los necesitados del mundo, es muestra del
amor de Chávez por el humano, sin fronteras, de sentir como
sienten los grandes, para Chávez Patria es Humanidad. Ese humanismo debe ser
reflejado en el Corazón de Chávez.
Ese Corazón de Chávez lleno de sentido, de batalla, de
pugna en la defensa de los débiles, histórico en la herencia de los próceres,
ese es invencible.
Las incomprensibles leyes electorales podrán
prohibir el corazón en la televisión, algunos pretenderán almibararlo, vaciarlo
de la pasión de la lucha, transformarlo en sólo forma, llenarlo de números,
pero lo que no lograrán nunca es sacarlo del pecho de los humildes, de los
pobres, de los honestos.
¡El Corazón de Chávez es Combate por los débiles!
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