31.3.11

¡PUEBLO, PUEBLO… CUÁNTOS ERRORES SE ESCUDAN EN TU MANTO! (Jueves 31-03-2011)

El concepto pueblo debe ser pensado, precisado, hoy es causa de confusiones y base de muchos dislates y desaciertos. Los escuálidos invocan al pueblo, los revolucionarios también. Cualquiera se para en una esquina, pega cuatro gritos y dice hablar a nombre del pueblo. Se tranca una calle por una reivindicación pequeña: es el pueblo que habla. Los miles de carros, camiones que se estancan en la vía, no son pueblo.

El pueblo apoya al gobierno pero también lo combate, el pueblo salió en abril, pero el pueblo votó por los alcaldes y gobernadores escuálidos… El pueblo, el pueblo.

No hay duda, el concepto exige reflexión. Al pueblo nos debemos los revolucionarios. Pero… ¿cómo guiarnos en la confusión? ¿cómo saber dónde está y dónde no está? ¿cuál es, y cuál no es? Pensemos.

Una señora increpa al Comandante: le pide que resuelva su problema individual, atropellando así las necesidades de su barrio y de la sociedad. ¿Ese es el pueblo?

En el barrio del frente vive otra señora que pertenece a una patrulla del partido, asiste a sus reuniones, cotiza, discute en su organismo, reclama los problemas de su gente sin estridencia y sin perjudicar la estrategia revolucionaria. ¿Ese es el pueblo?

Los obreros petroleros organizados en sindicatos, son pueblo, y también lo es el obrero maula individualista, egoísta, sólo importado por su mezquina vida.

¿Cómo resolver la maraña? ¿Por qué existe la confusión? Podemos adelantar que alrededor del concepto pueblo orbitan ideologías.

El concepto difuso, impreciso, polisémico, oculta la lucha de clases y, lo peor, prestigia la ignorancia, mientras más ignorante más pueblo será.

Cuando alguien estudia, se forma, se concientiza, entonces, según el concepto difuso, deja de ser pueblo. Es así que los contrarrevolucionarios privan de vanguardia a las luchas. Esta estrategia es propia de la socialdemocracia, que hizo de la ignorancia una virtud.

Así, lo desorganizado, inconsciente, individualista, egoísta, será pueblo colonizado por la ideología de la dominación, fácil presa de las manipulaciones de los oligarcas, un pueblo al servicio del capitalismo. Será el mismo pueblo del que Bolívar dijo: “han abusado de vuestra credulidad”, o, “un pueblo ignorante es instrumento inconsciente de su propia destrucción”. A este pueblo pertenece la señora individualísta del primer ejemplo.

En contraste, cuando está organizado, conciente, estudioso, altruista, disciplinado, será un pueblo encontrado con la ideología de la liberación, dispuesto a todo por defender el Socialismo que sabe su única esperanza. Pueblo capaz de entender los problemas tácticos, nunca los pondrá por encima de la estrategia. Será un pueblo al servicio del Socialismo. Este es el que acompañó a Bolívar al Paso de los Andes.

Confundir, meter en un solo saco a los dos pueblos, otorgarles el mismo prestigio, el mismo tratamiento, es condenar al dominado a la dominación infinita. Lo Revolucionario es organizarlo y concientizarlo. Esa es la labor central de la Revolución: consolidarse sobre los hombros del pueblo conciente, liberado, organizado. El otro es instrumento inconsciente de la contrarrevolución.

¡Con Chávez Resteaos!

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