27.5.09

EL POTE SOCIAL

La Revolución ha entrado en una fase de extraordinario empuje: la Zona Socialista se enriquece con socializaciones en el petróleo, la banca, las empresas básicas y en agricultura, el camino hacia el Socialismo se alumbra y se afirma.
La discusión teórica, que siempre es importante, adquiere ahora necesidad vital, ya no hay tiempo para perder, el acecho oligarca nos obliga a la mayor precisión, el mayor rigor en la praxis, entendida ésta como la práctica entrelazada a la teoría.
Es necesario afinar la teoría, unirla a la práctica en su realización y en su explicación, sólo así conseguiremos que la masa entienda, se forme socialista, y nos acompañe en la construcción y defensa del nuevo mundo. Ya no caben distracciones, extravíos.
Uno de los pilares de la construcción de nuestro Socialismo, de cualquier Socialismo verdadero, es la Propiedad Social de los medios de producción y su administración por el Estado.
Esto es imprescindible, y debe ser explicado con exactitud. Veamos.
Cuando una fábrica pasa a Propiedad Social, significa que ahora pertenece a todos, y su administración la hace el órgano administrador de la sociedad, que es el Estado Revolucionario.
Este paso es muy importante, porque le da a los obreros que allí trabajan sentido de pertenencia a la sociedad, ahora no lo hacen para un patrón oligarca que se lleva la ganancia, la riqueza formada, la plusvalía capitalista, sino que trabajan para toda la sociedad, recalcamos, para toda la sociedad.
Siendo así, las ganancias de la fábrica deben ir a un pote social, desde donde el Estado los distribuirá a toda la sociedad de acuerdo al principio de "a cada uno según su necesidad”. Se reafirma así el sentido de pertenencia del trabajo y las fábricas a toda la sociedad.
Por ejemplo una fábrica en el Sur del Lago, su ganancia debe ir al pote, de esa forma un desposeído de Monagas sentirá, se le puede explicar, que esa socialización también es suya en tanto miembro de la sociedad.
Es justo que el entorno de la fábrica reciba los beneficios de la fábrica, pero esos beneficios deben venir, y esto no es trivial, del pote social, y nunca como porcentaje de la ganancia de la fábrica directamente.
Viniendo del pote social, preservamos la conciencia de pertenencia a la sociedad, evitamos el egoísmo geográfico de quienes viven cerca de un centro de producción, y la exclusión de los que viven en zonas deprimidas.
Hacer la entrega de ganancias directamente estimula la conciencia egoísta, es el mismo fracasado esquema ya aplicado de la cogestión y las acciones a los obreros.
El “inventamos o erramos” Robinsoniano, es inventar montado sobre los hombros del pensamiento universal, no un errático caminar y tropiezos con la misma piedra.
El salto hacia la Propiedad Social de los medios de producción y su administración por el Estado, crea la base para el Socialismo, es soporte de la Conciencia del Deber Social, debemos darlo sin circunloquios.
¡Chávez es Socialismo!

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