En el trópico no se expresan las ideologías con nitidez, al contrario, se mezclan sin pudor. Aquí se ejerce el sincretismo ideológico, por tanto, es necesaria una labor de detective ducho en desechar lo evidente engañoso, para llegar a la verdadera ideología, al motor de las conductas.
Un ejemplo de lo que decimos es la forma como se presenta en Venezuela el anarquismo, que en los últimos años ha servido de celosía a la pequeña burguesía siempre irresoluta. Repasemos.
El 23 de Enero, ya lo sabemos, aquella dirigencia pequeño burguesa, como corresponde a su carácter, no avanzó, al contrario, develó la posibilidad socialista. Después siguieron décadas de tormento por aquel pecado original. Y finalmente la Revolución Bolivariana posibilitó saldar cuentas con la traición del 23 de Enero, retomar el camino socialista.
Aquí cabe una pregunta: ¿Cómo ha sido la expresión de la ideología de la pequeña burguesía en esta etapa?
Previamente determinemos las corrientes de la pequeña burguesía que confluyen en el proceso bolivariano:
Una, la que se enfrentó al pacto de punto fijo, que una vez fue guerrillera y devino en anarcoide.
Otra, que por ser joven no participó en la lucha contra el pacto de punto fijo desde trincheras marxistas, se nutrió de Eurocomunismo, del derrumbe de la Unión Soviética, se formó en el anarquismo tropical llevada de la mano por los anteriores.
Otra, que viene de las filas del pacto de punto fijo, necesita mostrar arrestos revolucionarios, pero sin pasar a mayores, el anarquismo le calza cómodo.
Otra, las corrientes que se forman en el lumpen marginal, con nostalgia de la lucha armada, la imitan, se arrogan grados militares, y realizan acciones disparatadas que mimetizan combates heroicos. De esa forma dan salida a la violencia marginal y acomodan su espíritu de banda al ambiente revolucionario. Su conducta los inscribe en el anarquismo.
Estas corrientes forman el cuerpo anarquista de la Revolución, se potencian entre sí, todas tienen en común los rasgos principales de la ideología anarquista que tanto daño ha hecho a las revoluciones. Expliquemos.
Lo primero es que son ideologías enemigas del Estado, de todo Estado, inclusive del Estado Revolucionario, y enemigas de la integración social, en resumen, enemigas del Socialismo.
Sólo proponen cambios superficiales y retóricos, así calman sus angustias revolucionarias.
Unos lo demuestran construyendo ejércitos de papelillo y zonas liberadas de fantasía. Son evidentes.
Pero otros, más peligrosos, desvían las acciones del gobierno hacia el debilitamiento del Estado, contraponen al pueblo con su Estado Revolucionario.
De esa manera el pueblo desposeído no se organiza en Estado Revolucionario, no se integra, sino que se enfrenta a él, lo niega.
Al no tener noción de Estado, fragmentan la sociedad en parcelas, que pueden ser consejos comunales aislados, comunas incomunicadas, fábricas cogestionadas. No hay planificación social en ningún ámbito, entonces no puede haber Socialismo.
La ideología anarcoide es inmenso obstáculo para el Socialismo: no permite la Conciencia del Deber Social, ni la Propiedad Social, debilita a la Revolución.
¡El Socialismo integra la sociedad!
¡Chávez es Socialismo!
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