19.6.07

EL COMPONENTE UNIVERSAL

La teoría revolucionaria tiene un componente local y uno universal, los dos se complementan, se enriquecen mutuamente. Si alguno de ellos falta, la teoría deja de ser revolucionaria.
Lo universal se desarrolla con la incorporación de las ideas y experiencias de lo local. Por su parte, lo local es la aplicación de lo universal a las condiciones concretas, es lo universal haciéndose realidad.
El Libertador, educado por el “Sócrates de Caracas”, se nutrió del pensamiento universal de la Revolución Francesa, de la experiencia y pensamiento de la Revolución haitiana, de la revolución norteamericana, de la cultura grecolatina.
Adaptó ese pensamiento universal a las condiciones concretas de este continente, y produjo la teoría que lo guió en la liberación y la construcción de la Gran Colombia.
Fue así que Bolívar entendió que debía hacer de la revolución de la independencia una guerra del pueblo, abolir la esclavitud, y romper con la clase mantuana, que era en el fondo restauradora.
Hoy, en esta marcha hacia el Socialismo, una tarea principal es construir la teoría.
La oligarquía, la nueva y la vieja, enfilan todas sus mañas contra esta tarea principal, y en ese empeño, una de sus más logradas argucias es la negación del componente universal de la teoría que debemos construir. Veamos.
Saben que sin componente universal la teoría revolucionaria queda huérfana de historia y de experiencia, es condenada a repetir el milenario camino recorrido por el pensamiento revolucionario, así impiden el avance de la revolución y la condenan a la restauración.
Al pensamiento universal, oponen un localismo castrante. Y al romper la interrelación de lo local con lo universal, rompen la posibilidad de avanzar en las ideas, porque lo universal solo, es un dogmatismo, y lo local aislado, es una pasión inútil.
Desprestigian el pensamiento universal revolucionario, descalifican al Che, dicen que ya no tiene nada que ofrecer a los humildes de la América, o que su planteamiento del Hombre Nuevo es propio de fanáticos religiosos. Despachan a la ligera el proceso de la Unión Soviética, y desde posiciones falsorevolucionarias lo descalifican sin estudiarlo, privando a la teoría de la experiencia, de los aciertos y los errores que allí se cometieron, el más importante, haber querido, “construir el socialismo con las armas melladas que nos legó el capitalismo.”
Al ignorar el componente universal nos privan, por ejemplo:
Del Bolívar demoledor de la esclavitud, de las relaciones de propiedad allá imperantes, lo que equivale hoy a instaurar la hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción.
Del extraordinario aporte de la revolución de Lenin, que demostró que la Revolución es posible en países no desarrollados, y nos dio esperanzas de concretar el sueño. Esa revolución derrotó el dogmatismo etapista.
Del extraordinario fuego de la Revolución Cubana, que demostró que la conciencia puede conducir, por sobre las condiciones materiales, la construcción del Socialismo.
¡Chávez es Socialismo!
¡Orden del Libertador para los Cinco Defensores de la Humanidad!

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