16.2.07

FRENTES DE BATALLA EN LA GUERRA DE IDEAS

Todos estamos de acuerdo en que vivimos en medio de una guerra de ideas, que el destino de la Revolución Bolivariana se decide en la feroz confrontación que hoy se desarrolla en el campo de las ideas.
Siendo así, un paso previo importantísimo es detectar los diferentes frentes de la batalla, la evolución de cada uno de ellos, las armas que allí se utilizan, la situación del enemigo y la situación de las fuerzas revolucionarias.

El objetivo más general de esta guerra es la hegemonía entre el Socialismo y el Capitalismo. Quien conquiste esta hegemonía habrá triunfado. Con este objetivo en mente, analicemos.


Encontramos varios frentes de batalla, veamos algunos: El Estado, La Propiedad, La Conciencia, La Eficacia, La Corrupción, La Democracia.


Pero sin duda, es el Estado el principal frente, en torno a él se traba la batalla principal. La suerte del Estado decide la suerte de los demás frentes, y la suerte de la Revolución.


Los revolucionarios proponemos que el Estado debe ser el órgano administrativo y planificador de toda la sociedad, coordinador de las actividades sociales, de defensa, educación, salud, servicios, comercio, etc.


Es cierto que este Estado heredado de la cuarta debe ser reconstruido, modificado, transformado, enriquecido con las nuevas estructuras organizativas que la Revolución forme, pero nunca debilitado. Al contrario, al cambiarlo se hará más fuerte, porque ya no será un instrumento para reprimir a los humildes, sino un instrumento para su realización humana, para su inclusión, y para la defensa de sus intereses.


Por su parte, los oligarcas y los anarcoides, coinciden en el objetivo de un Estado débil. Tratan de ahogar al Estado revolucionario, desprestigiándolo, no justificando su existencia, mostrándolo inoperante.


Con ese fin intentan desligar al Estado Revolucionario de la sociedad, sobre todo del Pueblo humilde. Así, lo presentan como una suerte de fuerza de ocupación que debe ser combatida por el Pueblo.


Los oligarcas, en coincidencia con los anarcoides, que existen fuera y dentro de la Revolución, presentan al Estado como enemigo de la sociedad: con intereses propios, distintos a los del resto de la población, al que hay que quitar fuerza, eliminar funciones, que además es ineficaz, corrupto y antidemocrático.


Por eso prestigian a la iniciativa privada y desvaloran al Estado, dicen: el naciente Estado Revolucionario es ineficaz, es decir, el Socialismo es ineficaz y debe ser confinado donde no haga daño, a las discusiones de salón, pero nunca darle oportunidad en la economía.


Al ahogar al Estado Revolucionario, sabotean la propiedad social, que es imposible sin un Estado que la planifique y administre. Al anular la propiedad social y ahogar a su administrador, siembran las bases materiales para la conciencia egoísta, para la corrupción, para el capitalismo.


¡Sólo la sociedad y su Estado Revolucionario pueden construir Socialismo… y defenderlo!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

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