15.2.07

EL DILEMA QUE ENTORPECE

El domingo 11 de febrero un columnista bolivariano publicó la siguiente idea:

“Es muy importante, sin duda, la discusión sobre el Socialismo siglo XXI y la reforma de la Constitución. Son temas que elevan la calidad del debate político. Pero no hay que olvidar, sobre todo el gobierno, otros temas. Ejemplo: la inseguridad, que constituye un calvario para los venezolanos, pobres, ricos, chavistas y no chavistas. O bien el problema de la vivienda, que amerita una política coherente y audaz…”.

En apariencia es una idea justa, inocente, sin embargo, si profundizamos un poco encontraremos que es una idea reaccionaria, que esconde dos de lo pilares teóricos fundamentales de la restauración capitalista. Veamos.

Primer Pilar: se propone un dilema falso, separar la solución de los problemas sociales de la discusión del Socialismo, y presenta como providencia una política coherente y audaz separada del Socialismo. Es decir, nuestro columnista como un truco de magia dejó por un lado la vida práctica de la nación, y por otro la discusión del rumbo que debemos seguir.

Desligar al Socialismo de la solución de los problemas prácticos de la sociedad es condenarlo a ser un asunto de académicos, de políticos obstinados, a ser un discurso vacío, inocuo para el capitalismo, y que la teoría y la práctica socialista deben superar.

Segundo Pilar: desligar al Socialismo de la solución de los problemas prácticos es un reconocimiento de que el Socialismo es ineficaz, y esta es una de las barreras que la oligarquía opone a la marcha de la Revolución.

Dicen que el Estado es ineficaz, que las nacionalizaciones traerán desmejoras en los servicios, que el Estado representante de la sociedad socialista, no puede resolver los problemas, prestigian de soslayo a la propiedad privada.

¡Mentiras! fabricadas por los aparatos de deformación oligarcas. La verdad es que la Revolución cuando ha fallado es por falta de Socialismo. Tomemos por ejemplo la vivienda. Recordemos la alianza que se hizo con el sector privado de la construcción, las dificultades allí claramente son por obstáculos del capitalismo.

Lo mismo pasa con las dificultades en los alimentos, imposible la tarea del gobierno de controlar al sector capitalista de los alimentos, todos los acuerdos fracasan, fracasó el del pernil en diciembre y no se ha podido meter en cintura a la carne.

Cada vez que hemos querido resolver un problema usando las herramientas melladas del capitalismo, hemos salido con las tablas en la cabeza.

Y cuando usamos herramientas realmente socialistas el saldo es altamente positivo. Revisemos.

El Socialismo llevó salud a los barrios, allí fue exitoso, llevó luz a los ojos y mentes de los excluidos, nos defendió en abril y diciembre, allí fue la conciencia social socialista la que derrotó a los oligarcas.

El Socialismo es capaz, tiene que serlo, de resolver los problemas sociales, de no ser así, la humanidad está perdida y la Revolución Bolivariana también.

¡Construyamos el Socialismo, no hay excusas!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

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