CUANDO SE PLANTEA LA FORMACIÓN DEL PARTIDO ÚNICO, no se está hablando simplemente de unificar las siglas chavistas bajo una solo apelativo, ni siquiera unificar a los partidos chavistas bajo una sola dirección, mucho menos constituir una federación, o lo que algunos, usando una nomenclatura añosa, llaman “frente”. Tampoco es un capricho del Comandante, estamos frente a un planteamiento de gran profundidad, se trata de la Organización Política del Pueblo. Es el comienzo de la nueva institucionalidad de la Revolución.
Los partidos, como hoy los conocemos, son estructuras políticas adaptadas a la institucionalidad mantuana oligarca. Maquinarias electorales, más o menos especializadas en la búsqueda de votos, en elecciones oligarcas, que reclaman conductas oligarcas, metas y métodos oligarcas para elegir representantes a instituciones oligarcas que, por definición, por su esencia, están separadas del pueblo. Fuentes del clientelismo y de cuotas de poder.
Con el avance de la Revolución, con la declaración de ir hacia el Socialismo, de dar poder al pueblo, la situación ha mudado radicalmente. Ahora es necesario cambiar la organización social, cambiar la manera de elegir a los representantes populares, y cambiar, por supuesto, a las instituciones que agruparán a esos representantes populares. El parlamento, sede del cretinismo oligarca, debe ser sustituido por una institución incrustada en el alma popular. Es necesario construir un tejido social en lo político y en lo administrativo, que restituya la salud social. La sociedad fragmentada por el Capitalismo, debe ser de nuevo integrada por el Socialismo, esa es una de sus principales metas.
Los Concejos Comunales son un paso preliminar en la construcción del poder popular, que debe ser complementado con instancias parroquiales, regionales y nacionales, elegidas de abajo hacia arriba, para conformar una estructura que va desde lo comunal hasta los delegados al nuevo organismo nacional de representación popular. De esta manera se construye un tejido social donde lo nacional y lo local están conectados de forma natural.
Este Poder Popular debe ser apuntalado y complementado por su correspondiente político, que es la Organización Política Revolucionaria que hoy se reclama. Esta será un tejido de organismos políticos que, a semejanza de la organización de los Concejos Comunales, salga desde lo pequeño hasta lo nacional. Una organización formada por los mejores, los que hayan alcanzado mayor conciencia del deber social, mayor espíritu de entrega, los primeros a la hora del deber y últimos a la hora del reparto de beneficios. Una organización que prefigure al hombre nuevo, donde se ejerciten las relaciones fraternas y solidarias que queremos para la nueva sociedad. Una organización que sea paladín de la formación de la conciencia del deber social. Una organización de servicio social y guía política, rectora en la batalla de ideas, trinchera en la lucha contra la corrupción, el burocratismo, la ineficacia. Una organización que sea tejido nervioso y músculo social.
La discusión está abierta, en buena hora.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!
Los partidos, como hoy los conocemos, son estructuras políticas adaptadas a la institucionalidad mantuana oligarca. Maquinarias electorales, más o menos especializadas en la búsqueda de votos, en elecciones oligarcas, que reclaman conductas oligarcas, metas y métodos oligarcas para elegir representantes a instituciones oligarcas que, por definición, por su esencia, están separadas del pueblo. Fuentes del clientelismo y de cuotas de poder.
Con el avance de la Revolución, con la declaración de ir hacia el Socialismo, de dar poder al pueblo, la situación ha mudado radicalmente. Ahora es necesario cambiar la organización social, cambiar la manera de elegir a los representantes populares, y cambiar, por supuesto, a las instituciones que agruparán a esos representantes populares. El parlamento, sede del cretinismo oligarca, debe ser sustituido por una institución incrustada en el alma popular. Es necesario construir un tejido social en lo político y en lo administrativo, que restituya la salud social. La sociedad fragmentada por el Capitalismo, debe ser de nuevo integrada por el Socialismo, esa es una de sus principales metas.
Los Concejos Comunales son un paso preliminar en la construcción del poder popular, que debe ser complementado con instancias parroquiales, regionales y nacionales, elegidas de abajo hacia arriba, para conformar una estructura que va desde lo comunal hasta los delegados al nuevo organismo nacional de representación popular. De esta manera se construye un tejido social donde lo nacional y lo local están conectados de forma natural.
Este Poder Popular debe ser apuntalado y complementado por su correspondiente político, que es la Organización Política Revolucionaria que hoy se reclama. Esta será un tejido de organismos políticos que, a semejanza de la organización de los Concejos Comunales, salga desde lo pequeño hasta lo nacional. Una organización formada por los mejores, los que hayan alcanzado mayor conciencia del deber social, mayor espíritu de entrega, los primeros a la hora del deber y últimos a la hora del reparto de beneficios. Una organización que prefigure al hombre nuevo, donde se ejerciten las relaciones fraternas y solidarias que queremos para la nueva sociedad. Una organización que sea paladín de la formación de la conciencia del deber social. Una organización de servicio social y guía política, rectora en la batalla de ideas, trinchera en la lucha contra la corrupción, el burocratismo, la ineficacia. Una organización que sea tejido nervioso y músculo social.
La discusión está abierta, en buena hora.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!
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