20.11.06

MISCELÁNEAS 30

1. Las revoluciones se parecen más a un huracán que a un cristal de cuarzo, en ellas hay pocas líneas estáticas. Por eso, los agrupamientos en tiempos de Revolución, son vaporosos en lo táctico y firmes en lo estratégico, si alguien ignora esta realidad, corre riesgo de ser batuqueado por las borrascas de la historia. Bolívar peleaba contra los españoles junto a Santander y Páez. En lo táctico coincidían, estaban del mismo lado de la tenue línea táctica, sin embargo, en lo estratégico, en la construcción del nuevo mundo, eran adversarios, y Bolívar terminó proscrito por sus antiguos aliados y subordinados.

2. El entusiasmo por la vía china es compartido por muchos. En la televisión vemos exaltaciones de aquel modelo que promocionan como dos sistemas y un solo país. La propuesta es muy cómoda para los ideólogos de la pequeña burguesía, es el descubrimiento teórico que calma sus ansiedades, pretenden haber encontrado la forma de ir hacia el Socialismo y al mismo tiempo ser capitalistas. Es que la gran angustia de la pequeña burguesía cuando se mete a revolucionaria, es conciliar la marcha al Socialismo sin salir del capitalismo. Si estudiamos con más detenimiento el fenómeno, veremos que el asunto es una estafa más.

3. Cuando un hombre intenta tomar su cielo por asalto, despierta. Cuando ese hombre entiende que tomar al cielo por asalto es labor colectiva, se yergue. Al comprender que el cielo es “amaos los unos a los otros”, avanza. Descubriendo que existencia y espíritu se entrelazan, se ilumina. Sin embargo, es en el instante que se desprende de todo y dedica su vida al bien social, que se hace Santo, un buen hombre, un verdadero revolucionario. El Che es un buen hombre, un Santo.

4. El vaporoso mundo de la política tiene dos ingredientes fatídicos: la fantasía y la soberbia. El político es fácilmente contaminado por estos dos virus del drama social. Con la fantasía deliran, y con la soberbia enceguecen. Por supuesto, el antídoto para esta virosis, es el implacable veredicto de la realidad infalible. En Venezuela abundan los enfermos de fantasía y de soberbia.

5. La humanidad, el pensamiento humano, es uno sólo. Es imposible fragmentarlo. No hay una sola idea que no sea hija, que no esté influenciada por el pensamiento de toda la humanidad. No hay un hombre de valor que no sea compendio del tránsito humano en el planeta. Bolívar es Bolívar, pero es también Rousseau, Sócrates, Robinson, es los enciclopedistas, es el África que lo amamantó, y es también la Revolución Francesa.

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