16.12.11

LA EXISTENCIA Y EL HOMBRE NUEVO (Viernes 16-12-2011)

La transformación de la existencia en conciencia es un problema central de la Revolución. Aún falta mucho estudio para llegar a entender medianamente este fenómeno. Las preguntas abundan: ¿Por qué los obreros apoyaron a Hitler? ¿Por qué la Revolución Cubana fue campesina? ¿Por qué los humildes nuestros apoyaron durante casi medio siglo al pacto de punto fijo? ¿Por qué cuando destierran al Libertador, en la Patria Grande, no pasó nada?

Es así, la historia demuestra que la relación existencia-conciencia no es directa, ni lineal. La condición revolucionaria de una clase no se desprende espontáneamente de su existencia. La Revolución es un acto consciente, dirigido por los más conscientes.

La primera aproximación al problema indica que las ideologías dominantes migran hacia las clases dominadas y, allí en su interior, aplastan la que debería ser la ideología que emane de su existencia. Esta es la esencia de la dominación, colonizar a toda la sociedad con los valores, la consciencia, la ética y la espiritualidad de la clase dominante.

La segunda aproximación es que la Revolución debe impregnar de los nuevos valores y de la nueva ética a amplios sectores, y dirigirlos hacia la conquista de la hegemonía de la sociedad.

De lo anterior surge el problema central de la Revolución: ¿cómo sintonizar la existencia del explotado con la conciencia de la liberación, de la construcción de la nueva sociedad? O, dicho en otras palabras: ¿cómo transformar al explotado en Hombre Nuevo?

La búsqueda de esa respuesta, en la teoría y en la práctica revolucionaria, es constante histórica. Si revisamos el pasado nos daremos cuenta que los errores allí cometidos conducen a la derrota de las Revoluciones, a las restauraciones. En Revoluciones vigorosas como la Soviética, o la China, los extravíos desembocaron en la restauración del capitalismo.

No obstante, esos errores, esos extravíos contribuyen al avance en la búsqueda de la respuesta correcta, ese largo camino encuentra en la Revolución Cubana lo más adelantado. Esa Revolución y su pensamiento representan un salto decisivo en el camino hacia la teoría que guíe la construcción del hombre y la sociedad nueva. El Che y Fidel, sus vidas y su pensamiento, constituyen lo más avanzado de esas ideas, es ineludible su estudio para cualquier Revolución.

Nuestra Revolución ocurre en un país con más de cien años de cultura rentista, en medio de una ofensiva imperial, de distorsiones teóricas que enmarañan el camino cierto, dificultan la conexión entre existencia y conciencia, el estudio del pensamiento y la acción de Fidel y el Che debería ser objeto de un desesperado esfuerzo: así como publicitamos a "Mi casa bien equipada," deberíamos con el mismo vigor impulsar a "Mi conocimiento, mi formación, mi conciencia, mi espíritu bien equipado".

De esta manera estaremos siendo fieles al pensamiento de Fidel y el Che, que postula que la Revolución es, ante todo, un asunto de conciencia, que debemos crear riqueza a partir de la conciencia y no conciencia a partir de la riqueza.

¡Con Chávez!

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