23.10.11

LA RAZÓN PRIMERA DEL QUIJOTE (Domingo 23-10-2011)

La madre de Papo, viéndolo en la cárcel prisionero, golpeado, sucio, desgreñado, le increpaba: "Papo, qué necesidad tenías tu de esto, de ser revolucionario, cuando has podido ser un ejecutivo, para eso estudiaste, y ahorrarnos tantos sufrimientos."


Chirinos, “El Pica”, hijo de la Sierra de Falcón, amamantado con la tradición de José Leonardo, opuesto a la injusticia desde la cuna, impetuoso con la piedra en la mano, el cuaderno en el suelo y la causa justa en el corazón. La lectura de la novela La Madre le marcó el camino revolucionario.

A Rafael, le mientan El Cabo, hijo de humilde cuna, poeta desde su nacimiento, pequeño de tamaño, grande de corazón, indio descendiente de los Incas, líder sindical de la estirpe de los que mueren sin un centavo, pero con muchos agradecimientos, de los que saben cantar rancheras y boleros, y llora ante unos huelguistas de hambre. Lo reclutó la Universidad, allá donde se mezcla el marxismo con la anatomía, la lírica con el cálculo matemático, el amor juvenil con el furor de los exámenes, allí, siendo obrero, se hizo Quijote.

Enrique, le dicen Saturno porque parece llegado de otro planeta, donde no hay mala fe y todo se puede arreglar, todos se pueden ayudar, la entrega es total, todos cabalgan en unicornios azules. Camina por allí como un ser de otro mundo, o quizá como ser del mundo que aún no construimos.

Piñate, descendiente de los indios Caribes, taciturno, estoico, no usa palabras, emplea flechas certeras, siempre listo para el combate cualquiera sea el escenario, no sabe negarse a la lucha radical.

Estos hombres lucharon en la guerra de los sesenta, y aún bregan por sus ideas, no piden nada a cambio, sólo la oportunidad de estar en la primera fila.

Les preguntamos qué los movió ayer, qué los mueve hoy, cuál es su razón primera para la lucha infinita. La discusión en búsqueda de la respuesta fue intensa, sentimental. No es fácil llegar a la razón primera, al fondo del alma de los combatientes. Concluyeron que, por encima de la política, la ideología, la causa primera es el amor al prójimo, a la humanidad.

Es verdad, todos ellos tienen una gran capacidad de amar, son lo que llaman "buena gente". Es así, sólo sobre esa condición humana puede descansar una trayectoria de tantos años de consecuencia, de correr todos los riesgos imaginables, de soportarlo todo, sólo esa razón primera justifica una vida de Quijotes.

Son la representación de muchos, los que mantienen las banderas de la búsqueda del nuevo mundo, las pasan de generación en generación. Son herederos directos de Tupac, de Guaicaipuro, de Bolívar, Zamora, Fabricio, Américo Silva, de Lovera, y de la larga lista de guerreros de adarga al brazo y costillar de Rocinante. Todos son Quijotes, su Dulcinea es la Humanidad.

Hoy, cuando las nieves blanquean sus sienes, los homenajeamos, mañana volverán a sus trincheras, haciendo lo que saben hacer: luchar contra el odio, regar amor, mostrarnos que la lucha debe seguir.

¡Con Chávez!

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