2.9.11

CÓMO SE DEFIENDE UNA REVOLUCIÓN (Viernes 02-09-2011)

La Revolución de hoy es el acto social más importante en toda la historia de la humanidad, se trata de superar las civilizaciones del egoísmo, y fundar la civilización del amor, en término bíblicos, se trata de volver a la armonía del Edén.

Lo anterior sería suficiente para entender la importancia de la Revolución, pero lo más importante es que si no superamos la civilización del egoísmo la humanidad se extingue. Este elemento le confiere a la Revolución características de angustia vital.

Es así, los Revolucionarios llevan en sus entrañas el fuego hermoso del porvenir que presienten, y la herida sangrante de saber que el tiempo corre y la inconsciencia impide la llegada a la tierra prometida.

Parafraseemos a Martí y digamos: "no se puede hablar de la Revolución en paz, con la "decencia" de miles de años de esquizofrenia destructora, de hipocresía capitalista. De la Revolución sólo se puede hablar con el corazón en una mano y el coraje de los fundadores de la patria en la otra".

Dicho esto, procedamos a analizar el programa La Hojilla, y a su conductor, Mario Silva.

Son objeto de un ataque feroz proveniente de los centros de la conspiración gringa-lacayos. El objetivo es neutralizar una de las baterías revolucionarias más importantes en la guerra de cuarta generación. El método es activar la hipocresía, la moralina propia de sistemas hipócritas, aislar a Mario. Veamos.

La Hojilla combate las manipulaciones y deformaciones del campo enemigo, denuncia, desmonta imágenes, pone las cosas en su lugar. Irrita a los contrarrevolucionarios.

Este cañón mediático debe ser silenciado, en el año de las elecciones haría mucho daño develando las promesas vacías, las conductas falsas de los candidatos escuálidos, y sobre todo denunciando el golpe que los gringo-lacayos preparan. Ese es el fondo del ataque.

Hace bien La Hojilla en ser vehemente, en ir al tuétano del enemigo y darle duro. Es así que se defiende a la Revolución y al Comandante Chávez, con pasión. Si alguna vez se le "fue la mano", bienvenido el "exceso". Imaginemos que, en lugar de atacar con furia a la derecha, un día La Hojilla apareciera almibarada, con fina decencia, entrevistando a escuálidos, diciendo que es hora de hacer las paces con ravell, que maría corina tiene su verdad, que hay que respetarla, que bobolongo es bella persona, el capitalismo no es malo, que si nos portamos bien el imperio nos perdona… ¡Sería la torta!

La Hojilla es obstáculo a la ambigüedad, a los pactos. Por eso mucha gente, frente al ataque contra el programa, prefieren hacerse los locos, dejar que las cosas pasen, que las fieras hagan su trabajo. Otros no comprenden la importancia de La Hojilla, y se comen el cuento de que se le ataca por “ser grosera”. Este es el fondo de la apatía en su defensa.

El deber de la Revolución es defender a La Hojilla, a Mario, todos, partidos, Asamblea, Comunas, debemos considerar los ataques a La Hojilla como propios.

¡Con Chávez defenderemos la Patria Socialista!

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