En las crisis las posiciones de las clases dominantes se muestran sin maquillajes: las contradicciones se evidencian, los bandos se hacen nítidos, todo se supedita a la lucha por el poder.
Nosotros vivimos una crisis profunda, recordemos la frase de Gramsci: "Lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, en ese claroscuro surgen los monstruos". Es así, tenemos la oportunidad de ir a lo nuevo o de retroceder a lo viejo, mientras enfrentamos el peligro del surgimiento del monstruo fascista. En estas condiciones los bandos en pugna ocupan sus posiciones.
Fedecamaras, representante de los intereses capitalistas, de todos, de los pequeños y los grandes, salta a la escena, pide su lugar en el golpe, llegó con sus aprestos de verdugo, el mismo traje de abril. Veamos.
Fedecamaras, los capitalistas, presentan sus reclamos para la transición, para el golpe.
El primero, no podía ser de otra manera, es contra los trabajadores. "Piden que le den carta blanca, una patente de corso para botar a los empleados sin ningún impedimento". El capital muestra su verdadera cara de explotador, de apropiador del trabajo ajeno.
Luego piden "que les dejen saquear las reservas en divisas, que suspendan el control de cambio". Eso significa que les entreguen las riquezas del país. Demuestran así su carácter parasitario de la renta.
Solicitan que cesen las expropiaciones. Saben que la propiedad no social de los medios de producción es la manera de robar el trabajo ajeno, es el pilar del capitalismo. Lo que piden es que dejen intacta la estructura económica que les permite robar trabajo, enriquecerse a costa del sudor, de la vida del trabajador.
También abogan por suspender el control de precios.
La proposición de gobierno la hacen "preñada de buenas intenciones", hablan de diálogo, de estar dispuestos a crear empleos por millones, etc. Es la misma monserga de siempre, en realidad lo que presentan son sus exigencias para el gobierno golpista.
Ya los capitalistas ocuparon su lugar en el golpe, salieron a la luz, faltan otros factores, por allí debe venir la conferencia de los obispos. Recordemos la Quinta Esmeralda, reinciden, el cuadro se va formando de nuevo.
Las ilusiones, las pretensiones de que los capitalistas dejarán de actuar como capitalistas, que perderán su naturaleza, se disipan. Las intenciones de uniones contra natura entre capitalismo y Socialismo son desmentidas por la realidad.
La Revolución debe definir su perfil, superar la etapa cándida de la Primera República, entender y hacer entender a la masa que estamos en una guerra definitiva contra las oligarquías. Ya los amos del norte lanzaron la misma orden que dieron a la oposición de Allende: acabar con ese gobierno, asesinar el ejemplo.
En pocas palabras, lo que plantea fedecamaras es un ultimátum disfrazado, pide al gobierno que se rinda, que deje de ser Socialista y que le entregue el país a los gringos. La respuesta es una sola ¡No Volverán! no importa lo que nos cueste, defenderemos la patria.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, Sin Socialismo no hay Chávez!
Nosotros vivimos una crisis profunda, recordemos la frase de Gramsci: "Lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, en ese claroscuro surgen los monstruos". Es así, tenemos la oportunidad de ir a lo nuevo o de retroceder a lo viejo, mientras enfrentamos el peligro del surgimiento del monstruo fascista. En estas condiciones los bandos en pugna ocupan sus posiciones.
Fedecamaras, representante de los intereses capitalistas, de todos, de los pequeños y los grandes, salta a la escena, pide su lugar en el golpe, llegó con sus aprestos de verdugo, el mismo traje de abril. Veamos.
Fedecamaras, los capitalistas, presentan sus reclamos para la transición, para el golpe.
El primero, no podía ser de otra manera, es contra los trabajadores. "Piden que le den carta blanca, una patente de corso para botar a los empleados sin ningún impedimento". El capital muestra su verdadera cara de explotador, de apropiador del trabajo ajeno.
Luego piden "que les dejen saquear las reservas en divisas, que suspendan el control de cambio". Eso significa que les entreguen las riquezas del país. Demuestran así su carácter parasitario de la renta.
Solicitan que cesen las expropiaciones. Saben que la propiedad no social de los medios de producción es la manera de robar el trabajo ajeno, es el pilar del capitalismo. Lo que piden es que dejen intacta la estructura económica que les permite robar trabajo, enriquecerse a costa del sudor, de la vida del trabajador.
También abogan por suspender el control de precios.
La proposición de gobierno la hacen "preñada de buenas intenciones", hablan de diálogo, de estar dispuestos a crear empleos por millones, etc. Es la misma monserga de siempre, en realidad lo que presentan son sus exigencias para el gobierno golpista.
Ya los capitalistas ocuparon su lugar en el golpe, salieron a la luz, faltan otros factores, por allí debe venir la conferencia de los obispos. Recordemos la Quinta Esmeralda, reinciden, el cuadro se va formando de nuevo.
Las ilusiones, las pretensiones de que los capitalistas dejarán de actuar como capitalistas, que perderán su naturaleza, se disipan. Las intenciones de uniones contra natura entre capitalismo y Socialismo son desmentidas por la realidad.
La Revolución debe definir su perfil, superar la etapa cándida de la Primera República, entender y hacer entender a la masa que estamos en una guerra definitiva contra las oligarquías. Ya los amos del norte lanzaron la misma orden que dieron a la oposición de Allende: acabar con ese gobierno, asesinar el ejemplo.
En pocas palabras, lo que plantea fedecamaras es un ultimátum disfrazado, pide al gobierno que se rinda, que deje de ser Socialista y que le entregue el país a los gringos. La respuesta es una sola ¡No Volverán! no importa lo que nos cueste, defenderemos la patria.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, Sin Socialismo no hay Chávez!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario