El viento político cambió, y entramos en tiempos difíciles, borrascosos, en eso podemos coincidir todos los Revolucionarios. Dejemos de lado, por ahora, la cuantificación y calificación del cambio. Pongamos atención en ¿Qué hacer? Busquemos la respuesta en la Historia. Veamos.
En situación muy difícil, después de la derrota de Alegría de Pío, y pasados algunos días deambulando por el monte, se reagrupan unos pocos sobrevivientes, y Fidel observando a un avión que los bombardeaba exclama: “Ves Raúl, nos atacan porque nos temen, vamos a triunfar”, Raúl pensó: “Mi hermano ahora sí enloqueció”.
Ahora sabemos que no estaba loco el Comandante Fidel, la historia le dio la razón. Pero surge la pregunta ¿Por qué Fidel estaba seguro del triunfo, en qué se basaba?
La Respuesta es una sola: Fidel tenía una fuerte meta estratégica, sabía para dónde iba, tenía las ideas estratégicas claras. En esas condiciones cualquier derrota es táctica. Una Revolución con una fuerte claridad estratégica será invencible.
Esa es una importante enseñanza de la Revolución universal que se repite a lo largo de la Historia. Esa es la esencia de las palabras de Martí: “Una idea justa desde el fondo de una cueva puede derrotar a un ejército”.
Esa firmeza estratégica, la idea de la Independencia, ese objetivo claro y supremo, hizo del Libertador el hombre capaz de sortear las mayores dificultades. La luz que emanaba de la estrategia iluminó su camino táctico.
Allí está un paso fundamental de la Revolución nuestra, debemos fortalecer la idea estratégica, la idea del Socialismo, hacer que emocione a las masas, demostrar su fuerza para construir un mundo viable y feliz. Que el pueblo entienda y sienta al capitalismo como camino al infierno, que sólo el Socialismo nos dará patria, planeta, vida.
Tenemos la idea estratégica, el Socialismo, debemos interiorizarla como algo vital, con fuerza, sentimiento, con la pasión del náufrago aferrado a la tabla salvadora. Debemos construir la relación socialista desde ahora, construir Zonas Socialistas que sean ejemplo para el resto de la sociedad, santuarios donde las relaciones humanas sean asombro para el resto de la sociedad, sean portadoras de la posibilidad de vivir en armonía, en condiciones óptimas para el desarrollo de todas las potencialidades humanas.
Debemos tener fe religiosa en esa idea, el Socialismo debe ser el bálsamo para todas las dificultades sociales, desde el necesario aumento de la producción, hasta la disminución de la inseguridad, pasando por ganar por arrase cualquier elección. Todo puede ser resuelto con Socialismo, o mejor, sólo el Socialismo puede resolver los problemas sociales.
Es necesario fortalecer la idea del Socialismo, despojarla de ambigüedades para poder llevarla al corazón de los humildes, instalarla allí como una idea sagrada que debe ser protegida por sobre todas las razones, volver a la fuerza del Libertador cuando por la independencia se oponía hasta a la naturaleza.
No podremos construir al Socialismo con mojigatería, rodeos. El Socialismo no es obra de pusilánimes que al primer bachecito retroceden a las faldas del capitalismo.
¡Chávez es Socialismo!
¡Reforcemos la idea estratégica!
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