7.8.10

LA ÚNICA PAZ

Los bolivarianos venezolanos buscamos la paz. Deseamos que el imperio nos deje construir nuestro mundo con tranquilidad. Sólo los desquiciados oligarcas, colombianos y venezolanos de corazón gringo, militantes del odio y la crueldad, viven en guerra permanente: cuando no es con algún vecino, la hacen contra su propio pueblo.
Es así que las FARC son en esencia, y más allá de sus errores, formas de resistencia contra el genocidio que la oligarquía santanderiana decretó contra el campesinado de su país. Los intentos de las FARC por ir a la disputa pacífica con la oligarquía han terminado en miles de asesinados en las filas guerrilleras.
La situación colombiana demuestra varias características de la lucha dentro de sociedades divididas en clases.
Un país dividido en clases siempre estará bajo una guerra, lo que varía es la intensidad. Colombia, dividida entre una oligarquía rancia y unos desposeídos condenados a la miseria en el campo y en la ciudad, sufre una guerra oligarca de exterminio contra los desposeídos que se resisten de varias formas, la guerrilla es una de ellas, la inseguridad en las ciudades es otra.
En estos países “la paz burguesa” tiene que imponerse con una feroz represión: los guetos para los pobres, y las urbanizaciones fortificadas para los oligarcas.
Las condiciones que propician la desigualdad son inherentes al sistema capitalista. Y la tendencia, sobre todo en estos países periféricos, es a profundizarla. Por tanto, las condiciones para la confrontación se elevan y la guerra sorda aumenta, tiende a alcanzar niveles superiores. Esto es inevitable.
No habrá paz verdadera en los países capitalistas porque no hay equidad. La paz verdadera, la armónica, la que no se basa en represión, se sostiene sobre la justicia social, que no pertenece al capitalismo, es propia del Socialismo.
Se deduce que la única paz posible para nuestro país es el camino que Chávez nos propone: el Socialismo, acabar con las diferencias sociales. El otro, el capitalismo, es el camino que desemboca en una guerra soterrada o abierta. Colombia es el ejemplo: violencia al máximo, paramilitares y resistencia obligada.
Chávez tuvo la audacia de proponer la conquista de la equidad, la construcción del Socialismo, y así el país tomó el camino de la paz verdadera. Por supuesto, la oligarquía se resiste a los cambios, busca formas de asaltar la esperanza. Pero no hay otro camino a la paz que profundizar los cambios y protegerlos.
Buscar la paz en la conciliación lo que consigue es entregarla en las fauces de la oligarquía, maniatar a los humildes. En ese caso las ilusiones de paz se desvanecerán en la represión oligarca, y en las variadas formas que adquiere la resistencia de las capas desposeídas.
La única paz posible es la paz con la equidad socialista, lo demás son ilusiones que se diluirán en la inseguridad que emana de la desigualdad.
Todos los hombres sensatos de este país, los de buena voluntad, los humildes, debemos proteger a Chávez…que es proteger la paz.
¡Chávez es la Paz!

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