8.7.10

CRISTO Y BOLÍVAR TAMBIÉN FUERON ACUSADOS POR LOS INDIGNOS

La cúpula de la iglesia católica, el Sanedrín de hoy, fiel siempre a los intereses de los mercaderes del templo, arremete contra las posibilidades de redención de los pueblos. Esa es su misión: proteger al sistema que esclaviza, impedir que los cautivos se rebelen, ser válvula de seguridad de los sistemas de explotación.
Son expertos en el cumplimiento de su papel, lo ejercen desde hace milenios. Su mejor arma es la acusación de ¡Anatema! Veamos.
Instalan en el inconciente colectivo un miedo irreflexivo, que activan a su conveniencia, y de esa manera manipulan a las sociedades.
A Cristo lo acusaron de violar las leyes divinas, y se lo entregaron al imperio romano, lo crucificaron.
Bolívar siempre fue imputado de “masón”, insidia que en aquellos tiempos activaba los miedos inconcientes, lo tildaron de “jacobino”, “loco”, “amigo de los negros”. En esa época los púlpitos eran cadenas de esclavitud.
La causa independentista se hizo en feroz batalla contra la jerarquía eclesiástica, que calificaba a la Independencia de “empresa contra Dios”, y sacaban a vírgenes y santos a las batallas contra los próceres. Acusaron a los patriotas del terremoto de 1812. Recordemos que aquí intentaron ligar el deslave de la Guaira con la Revolución.
Miranda también fue acusado por los jerarcas de la iglesia de “masón” y de “jacobino”, “amigo de los negros”. Estos Anatemas contribuyeron al fracaso de su expedición. Es así que la Bandera nuestra, la que trajo Miranda, nace en enfrentamiento con la elite eclesiástica.
Es así, los ejemplos recorren la historia de la humanidad. Se puede afirmar que al aparecer un intento de liberación humana, inmediatamente surge la idea y la acción que intenta yugular la esperanza. Cada vez que el hombre elige ser libre, se topa con la elite de la iglesia. Hasta Don Quijote se topó.
Todos los esfuerzos de liberación de la humanidad se han enfrentado a las cúpulas que llevaron a Cristo a la Cruz , lo entregaron al imperio, y después de su muerte se apoderaron de su Iglesia.
Hoy el Sanedrín se ensaña contra Chávez, contra la Revolución, desenvaina su mejor Anatema, nos acusa de ¡comunistas! Activan el miedo irreflexivo, es un signo inequívoco de que marchamos, nos movemos. Algo bueno debemos tener que la canalla esgrime la misma técnica que usó contra Cristo y contra Bolívar. La acusación nos honra.
Sin embargo debemos estar alertas: cuando la mesa de los obispos toma partido de una manera tan evidente, cuando sale de su ambigüedad, es señal de que algo grande se cocina. Así lo hicieron en abril, en diciembre.
Es necesario que defendamos el proyecto Socialista Bolivariano, profundizándolo en todos los terrenos, en la ideología, la organización, los logros. Explicando sus bondades, difundiendo sus logros materiales, y exaltando su mayor conquista: haber rescatado la autoestima de los humildes, que ahora están en condiciones de buscar y reconocer los caminos de su felicidad.
¡Chávez es Socialismo!
¡Los indignos, tal como en abril y diciembre, serán derrotados!

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