El gobernador, tal como se esperaba, se desliza hacia el otro lado de la talanquera, son muchos los comentarios, y también las evasivas. Unos opinan, y otros esperan que las aguas se aquieten.
El punto es de mucha importancia para los revolucionarios y debe ser discutido con rigor. El debate debemos situarlo en lo profundo, en la raíz, en las causas originarias, es allí donde la gente aprende y puede ajustar su brújula.
La actitud del gobernador, obedece a una ideología, se trata de la pequeña burguesía, que ya agotada no quiere avanzar al Socialismo. Pero, tampoco quiere ir al capitalismo. Esa ambigüedad que es muy propia de su posición social, recordemos que se encuentra a medio camino entre el proletariado y la burguesía, esa ambigüedad que, repetimos, le es propia, los obliga a inventar teorías para desligarse del Socialismo, pero conservar un halo de revolución.
Es allí que debemos colocar la teoría con la que el gobernador justifica su deslizamiento, la que expone en su carta dirigida al Comandante.
La deserción del gobernador y su acogida por otra tolda política, además de las consideraciones de decencia que se podrían hacer, debemos colocarla en un reagrupamiento de las fuerzas antisocialistas dentro de la Revolución. No es un simple cambio de equipo es una jugada política contra la Revolución y el Comandante.
Esos movimientos tienen la intención de fortalecer el polo reformista, para desde allí, y de mil maneras, sabotear la marcha al Socialismo, pero eso sí, no ponerse en la acera de enfrente sino en el último momento, repetir la historia de Ismael, de los diputados renegados.
Los revolucionarios, la revolución, deben aprender de esta experiencia, tomar medidas.
Alertar a la masa bolivariana, explicarles que vendrán muchos combates de todo tipo, que debemos estar alertas frente a las argucias del enemigo que en esta etapa se disfraza de mil maneras. El Socialismo está en una encrucijada, las corrientes se reagrupan.
Es necesario elevar el nivel ideológico de la base bolivariana para elevar la comprensión de los requiebros que necesariamente vendrán, debemos aprender a ver los móviles de los móviles, superar el chisme, lo superficial en el análisis.
Ahora la identificación del enemigo oligarca amerita estudio: ya no es simplemente carmona, o zuluoaga, o ravell, borges, ledezma, todos fácilmente identificables. Ahora se trata de un enemigo ideológico, ladino, disfrazado, infiltrado. Recordemos a rosendo, baduel, ismael, tascón, miquelena.
La Revolución debe profundizar los cambios, es necesario afinar la escogencia de los dirigentes, entender la responsabilidad que esto implica. Una buena ocasión para empezar los cambios son las elecciones parlamentarias que se avecinan.
Es hora de grandeza, la Revolución está bajo asedio. El Comandante puso su fe en la base, no podemos dejar que abusen de nuestra credulidad. En la escogencia de candidatos debemos demostrar nuestro apego a la causa revolucionaria, no se justifica lesionar a la Revolución , a Chávez, por un curul.
Es necesario firmar un pacto revolucionario que impida se desaten las pasiones mezquinas.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
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