Los empresarios capitalistas están de pláceme: el gobierno incentiva su actividad. El Socialcapitalismo, este híbrido, vuelve a brotar como vía hacia el Socialismo. Nosotros estamos en desacuerdo, en muchos granos hemos expuesto nuestra opinión. Resumamos.
La alianza Capital-Socialismo siempre favorece al Capital, éste termina por tragarse al Socialismo. El mecanismo por el que se impone el capitalismo es muy sencillo. Veamos.
Las formas económicas capitalistas, cualquiera sean, siempre generan en la masa, en el pueblo, conciencia egoísta, conciencia capitalista, y por lo tanto, antisocialista.
Siendo así, inevitablemente, por ese camino estaremos criando los verdugos del Socialismo, y propiciando en la masa conductas liquidadoras de la posibilidad revolucionaria. Estaremos alejando al pueblo de la Revolución: nos fundiremos con el proyecto burgués, confundiremos a las masas esperanzadas en la Revolución.
Muchas cosas pudieran decirse de esta propuesta de híbrido, de conciliación con los capitalistas. Y muchas cosas hemos dicho. Nosotros repetimos la alerta, y remachamos: “todo capitalista es ladrón”, eso lo dijo Carlos Marx, y antes de él muchos pensadores, lo más sano de la iglesia también lo dice. Es una candidez pensar en capitalistas ayudando a un proyecto socialista.
Creemos que el camino correcto es el desarrollo de las Zonas Socialistas, el impulso directo a la Propiedad Social de los Medios de Producción administrados por el Estado. Sólo entrelazada con esta propiedad podrá surgir la Conciencia del Deber Social, que es la esencia del Socialismo.
Desde esas Zonas Socialistas se podrá construir el Socialismo, y se le dará a la transición la tendencia correcta.
La transición no es un período sin reglas, donde cabe cualquier experimento, pensar así es un error de gravísimas consecuencias. La transición tiene una tendencia, y esa tendencia es medible: la tendencia es el aumento de la Conciencia del Deber Social.
Si esa conciencia disminuye, la tendencia es negativa, el capitalismo se está haciendo fuerte. Si al contrario esa conciencia aumenta, la tendencia será positiva, la transición va por buen camino, nos acercamos al Socialismo.
Entonces, frente al estímulo de la Zona Capitalista, de la tendencia negativa, la Revolución está en el deber de estimular la Zona Socialista, la tendencia positiva de la transición.
Esta confrontación de las dos Zonas es la manifestación concreta en el campo económico de la lucha de clases dentro de la Revolución. Allí se enfrentan dos proyectos: uno, capitalista, nacionaldesarrollista, por supuesto no viable, y el otro, el Socialista.
Hay otros proyectos capitalistas, pero no es el sitio para analizarlos, sólo diremos que el proyecto de capitalismo dependiente del imperio encarna en la oposición franca.
Los diferentes proyectos económicos tienen su expresión política y pugnan por la dirección del proceso, por guiar la transición hacia la restauración capitalista, o hacia el Socialismo.
El gran reto de la Clase Obrera, encontrada con su ideología, es su participación decisiva en la construcción de la Zona Socialista. Sólo con la Clase Obrera activa y conciente se podrá tener éxito.
¡Chávez es Socialismo!
¡Socialismo se construye con Socialismo, jamás con capitalismo!
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