15.3.09

SE SOLICITA DIRIGENTE PROLETARIO

La crisis global que atraviesa el capitalismo y, por ende, la humanidad, es espantosa. Estamos en el umbral del derrumbe de una civilización. La humanidad no puede seguir viviendo como hasta ahora, cambia o desaparece. Vanos son los esfuerzos por mantener el actual estado de cosas, la actual forma de relacionarse el hombre consigo mismo y con la naturaleza. Mantener al capitalismo es suicida.
Cándidos, desesperados, los dirigentes que inyectan sumas astronómicas de dinero en el sistema capitalista moribundo, no entienden que la crisis es de una cultura, de una manera de vivir. Podrán paliar la crisis financiera, equilibrar las cuentas, eso podrán hacerlo, pero entonces el capitalismo “saludable” seguirá su camino de destrucción de la naturaleza, de producción de excluídos, de hambrientos. La crisis global de la civilización se manifestará de otra manera, crisis migratoria, ecológica, militar, hambrunas, crisis de inseguridad producida por el alto comercio de drogas.
El capitalismo vive la paradoja de ser dañino cuando está en crisis, y superior en desgracias cuando es próspero. No hay duda está agotado.
La única solución es superar al capitalismo, sustituirlo con el Socialismo, ya esto es una cuestión de vida o muerte, el planeta no puede esperar.
En Venezuela reside la Esperanza. Veamos.
Aquí se dio una conjunción de factores que hicieron posible, cuando nadie lo esperaba, cuando muchos habían enterrado el hacha y los sueños, que surgiera la posibilidad de dar el gran salto que reclama la humanidad, que renaciera la Esperanza.
Aquí surgió una Revolución, que como todas las revoluciones es inédita, es su propio modelo, irreverente con la teoría, leal a su historia, camina a su ritmo y con su paso, tiene numerosos errores (nosotros los hemos criticado), tiene numerosos aciertos (nosotros los hemos aplaudido), es a veces rara, toma caminos más raros aún. Pero no hay duda, es una Revolución Socialista verdadera, enfrentada al imperio, anticapitalista, autora de transformaciones económicas y espirituales que presagian rumbo al Socialismo.
Aquí no se está jugando sólo la suerte nuestra, se está decidiendo el destino del planeta.
En la construcción de esta esperanza juega un papel determinante la acción de los obreros y de sus dirigentes. Veamos.
Dirigentes sindicales muy buenos se encuentran siempre en Venezuela, duchos en la tarea de arrancar al patrón reivindicaciones, de tranzar la fuerza de trabajo a buen precio con el capitalista. Esa era la necesidad y la tarea del pasado. Ahora con la llegada de la Revolución, es un crimen de lesa humanidad persistir en esa actitud, que hiere la marcha hacia el Socialismo.
Ahora que el “patrón” es la sociedad desposeída, el pueblo humilde, la humanidad desesperada de cambio, entonces la actitud debe ser otra. Ahora el dirigente sindical debe transformarse en Dirigente Proletario, y no puede velar sólo por los intereses pequeños de la fuerza de trabajo, tiene que importarse por los de la sociedad, de la humanidad, de su clase, que no es otro que el Socialismo, ese es el interés que debe guiarnos.
¡Nada que lesione al Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!

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