6.8.08

EL CANDIDATO ES EL SOCIALISMO

Pronto la discusión de la unidad de los bolivarianos quedará saldada, no sabemos aún los detalles de la extraña “unidad parcial”, pero sean cuales fueren ya pasaremos a otra etapa. Con esos bueyes debemos arar, en esas condiciones debemos dar la batalla. Veamos.
En noviembre vamos a un combate que es decisivo para el proceso revolucionario, los resultados marcarán el rumbo del país en los próximos años. El 23 de noviembre, domingo, podemos dar un salto definitivo hacia el Socialismo, o podemos retroceder a los abismos de la restauración.
Si la Revolución , si la victoria es aplastante, podremos avanzar, profundizar el Socialismo, y la restauración, desmoralizada, se replegará a las murmuraciones de una conspiración sin futuro. Los humildes respirarán aliviados, porque la esperanza no murió en Venezuela.
Ahora, si los resultados son dudosos, si la victoria es cerrada, las oligarquías tendrán holgura para sus maniobras contrarrevolucionarias y habrá peligro de perder la Revolución.
Y si la Revolución se pierde, una nube oscura cubrirá al continente y un hálito de desaliento, de escepticismo, recorrerá al mundo. Vendrá una ofensiva de las oligarquías y del imperio que arrasará las conquistas sociales de la Revolución y abatirá las posibilidades de construir un mundo amoroso.
La sociedad quedará a merced del “dios mercado”, donde sólo el que tiene dinero abundante tiene derecho a la existencia. La vivienda, alimentación, educación, salud, dejarán de ser un derecho para convertirse en una meta inalcanzable para las grandes mayorías.
Es necesario incorporar al pueblo a la Batalla de Noviembre, y eso sólo se logra si el pueblo entiende que no se trata de dilucidar el destino de unos candidatos, ni siquiera de unos partidos, se estará decidiendo el destino de la sociedad venezolana y la suerte del continente, se estará decidiendo el futuro del Comandante y de la Revolución Bolivariana.
Sólo será posible movilizar al pueblo si entiende la grandeza de la Batalla de Noviembre. Si por el contrario, nos quedamos planteando metas mezquinas, los resultados serán también mezquinos.
Los revolucionarios bolivarianos tenemos una gran ventaja sobre los oligarcas, ellos sólo pueden proponer demagogias y metas pequeñas, regresos al pasado del que ya conocemos sus miserias.
La convocatoria para la grandeza, para la construcción de un mundo inédito, donde la felicidad de todos sea la meta, sólo la puede hacer la Revolución. Esa es nuestra ventaja y debemos usarla.
Ahora en esta etapa el candidato es el Socialismo, la posibilidad Socialista. Más allá de los defectos, de los errores de los candidatos, se debe votar por mantener viva la esperanza de construir un mundo mejor, de derrotar el regreso al tenebroso pasado, donde los defectos se multiplicarán, los errores abundarán y no habrá posibilidades de enmienda.
Debemos entender que de noviembre debemos salir con la esperanza Socialista fortalecida, y eso se consigue votando por los candidatos que fortalezcan al Comandante, por los candidatos que Chávez apoye.
¡Chávez es Esperanza Socialista!
¡Estar con Chávez, es estar con lo que Chávez decida!

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