30.7.08

LOS DIRIGENTES

Es impensable una sociedad sin dirigentes, la vida de las grandes masas supone conducción. Es así que entre pueblo y conductores se establece una relación, una correspondencia, se reflejan mutuamente.
Cuando esta conexión se pierde, cuando el reflejo se nubla, es presagio de dificultades, la sociedad entra en turbulencia, en tiempos de cambio.
Los dirigentes, en la sociedad dividida en clases, y todas lo están, obedecen a los intereses de una clase, reflejan su ideología. La pugna entre estos, la lucha de esas clases, de esos intereses, es lucha de clases.
En el capitalismo, los gobernantes obedecen a los intereses de las clases capitalistas, por medio de ellos estas clases conducen a la sociedad, ejercen su hegemonía.
Los conductores contrarios al capitalismo, partidarios del Socialismo, representan a las clases expropiadas, por medio de ellos estas clases irrumpen en la disputa del poder político, en la pugna por la hegemonía en la sociedad.
Es impensable que una clase dispute la hegemonía de la sociedad, que entre en la lucha por imponer su proyecto, su ideología, sin guías, sin una organización que conduzca esa lucha.
El triunfo de una clase lo determina la calidad de sus líderes que a su vez son reflejo de la calidad de la organización política del pueblo y de la ideología que los impulsa. Podemos decir que una clase no puede ir más allá de sus guías y de sus organizaciones dirigentes.
Los que proponen lucha revolucionaria sin dirigentes, sin organización revolucionaria, están proponiendo derrotas. Es imposible que un pueblo triunfe sin estar organizado, así como es imposible construir el Socialismo, sin socialistas, sin organización dirigente Socialista. Sin ellos los esfuerzos son vanos, se disipan en fantasías sin sentido.
Los líderes, las organizaciones no son pasivos, meros intérpretes o gestores de las masas, son educadores, conductores. A las masas llevan la ideología y guían las acciones políticas, le dan sentido a las luchas.
De allí que la calidad de la lucha por instaurar el Socialismo dependerá de la calidad de sus dirigentes, de las organizaciones, de la ideología y de su capacidad para guiar al pueblo en la construcción Socialista. Si uno de estos pilares falla, el éxito se alejará.
La Revolución Bolivariana, empeñada en transitar el camino hacia el Socialismo, ya cuenta con un líder, debe ahora afinar la formación de dirigentes socialistas, fortalecer la organización, la ideología Socialista y la conexión con el pueblo.
Todas las acciones revolucionarias deben buscar este objetivo, ninguna tarea será exitosa sino cubre esta meta. De toda faena se debe salir con más organización, con la ideología mas clara, con una fuerte relación con el pueblo, con dirigentes que sean ejemplo de revolucionarios, diferenciados en conducta y pensamiento de los agentes del capitalismo.
Y se debe salir con un pueblo más identificado con sus representantes, más identificado con la ideología revolucionaria, más conciente de su papel histórico, decidido en la construcción del Socialismo.
Criticar es Amar
José Martí

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