La Revolución supone múltiples frentes de batallas, cuya importancia cambia con el tiempo: en los primeros días del golpe de abril el frente militar era el más importante, pero recuperado el Comandante, el frente político fue el principal. En muchos momentos de diciembre lo militar ocupo lugar preponderante, y en otros el frente económico.
Ahora bien, por sobre todos los frentes de la batalla, está la teoría, que siempre determina, en última instancia, el éxito de todos los demás frentes.
Hoy, una alerta nos ocupa, en los próximos días se espera una reacción violenta de los escuálidos usando como excusa el cese de la concesión de radio caracas. Nosotros compartimos y aplaudimos todos los planes de respuesta, la batalla se debe dar en todos los frentes, pero sin olvidar que el principal es el teórico, el de las ideas, recordemos que una Revolución se pierde o se gana en las ideas, son las ideas las que determinan el triunfo.
Siendo así, debemos preparar el frente militar, y la llamada inteligencia social, que detecta las acciones sospechosas y las denuncia, también debemos movilizarnos para que el enemigo sienta nuestra voluntad de respuesta. Pero todo se perderá sino activamos la resistencia teórica, por dos razones:
Primera razón, las acciones deben llevar una dirección, un sentido estratégico, de otra forma se pierden. Recordemos aquella acción del eructo en momentos de nacionalización, o en abril cuando nos quedamos a las puertas de radio caracas, en lugar de recuperar la señal allí mismo.
Entonces, cómo saber qué hacer, dónde descargar la furia popular, cómo hacer para que las acciones nos hagan avanzar. Sólo la teoría le da a las acciones la oportunidad, el sentido, la fuerza correcta.
La otra razón, es que sin teoría revolucionaria no sabremos dónde está el enemigo, y nos distraeremos atacando espantapajaros, o a molinos de viento confundidos con gigantes.
Más daño nos hace una idea deformadora del Socialismo, como las que trae el premio Nobel Yunus, o el capital-socialista Pérez Abad, que unos tontos sifrinos en una guarimba, o unos diletantes reuniéndose con ledezma en un restaurante.
Es urgente, la situación lo reclama, que atendamos con rigor al frente teórico, es necesario desechar las distracciones en este campo, tomar conciencia que sin teoría no hay Revolución posible, todos debemos entrar en la batalla teórica: el motor Moral y Luces, misiones, partido, gobierno. Debemos combatir la improvisación que se oculta tras la conseja de que hay que inventar. Inventar en el vacío es improvisación, sólo se inventa sobre el conocimiento previo. Nuestra debilidad teórica nos hace más vulnerables que nuestra debilidad militar.
El imperio y sus tanques pensantes nos bombardean allí, en las ideas, no debemos subestimar la astucia y la sabiduría del imperio, recordemos que derrumbaron, desde adentro, con una labor paciente, a la Unión Soviética, y su arma principal fue provocar extravió teórico. El Che lo advirtió.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez!
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