22.1.07

PARTIDO UNICO Y ORGANIZACIÓN SOCIAL.

El Comandante ha puesto en el centro de la discusión la formación del Partido Único Socialista. Para analizar el asunto lo primero que debemos hacer es establecer sus relaciones con otras materias fundamentales de la Revolución. Veamos.

El partido tiene relación con la función que le otorguemos. Ya el Comandante ha explicado que el MBR tenía una función clandestina, así lo ameritaba la tarea revolucionaria en ese momento, después el MVR, tuvo una función eminentemente electoral, y la cumplió muy bien, de allí salió invicto.

La pregunta que ahora surge es cuál es el papel del partido único, qué lo hace necesario, qué lo diferencia del MVR, cuales son las nuevas funciones y la nueva morfología que lo adapta a esas funciones. Busquemos respuestas.

La Revolución llegó a un punto donde es necesario romper con el sistema de consulta de la voluntad popular, propio de la oligarquía y con la estructura política que le es consustancial.

Las elecciones de la oligarquía eran (son) una forma de consulta popular precaria que no integran a la sociedad, se limitan a una manifestación de voluntad fugaz que se esfuma en el instante que lleva votar. Después no queda nada.

La oligarquía, hábil en su engaño, nos hizo creer que la elección en primer grado es la más democrática, cuando sólo es una manera de escamotear la organización del Poder Popular.

Por supuesto, que a ese tipo de consulta oligarca corresponden partidos que son simplemente maquinarias electorales.

La Revolución necesita otro método de consulta, de participación, y por tanto de organización política, hacia allá nos lleva la proposición del Comandante.

Siendo así, la construcción del partido único, debe ir acompañada de la construcción de un nuevo tejido político y social. Dicho de otra forma, partido y organización social están fuertemente relacionados.

El tejido social se esboza en los Concejos Comunales, nos resta construir los niveles que los complementen: instancias municipal, estadal y nacional, electos desde los concejos comunales de base, escalonadamente hasta la instancia nacional, que será parte de una nueva Asamblea Nacional.

La organización política de la sociedad debe tener estructura similar a los Concejos Comunales, pero diferentes objetivos y diferentes funciones. Serán funciones de formación y conducción política, nunca de administración, no postula candidatos, debe ser referencia moral revolucionaria, sus miembros serán los últimos a la hora de los privilegios, y los primeros a la hora del deber y del sacrificio. Dicho en pocas palabras, la organización política revolucionaria debe ser territorio para la formación del hombre nuevo.

Ahora bien, la sociedad así organizada, política y administrativamente, tiene su raíz económica en la propiedad social de los medios de producción, y su fundamento ético, en la conciencia del deber social. Con esta nueva organización social estaremos dando un paso definitivo para la integración de la sociedad, yendo decididamente rumbo al Socialismo.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

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