27.11.06

LAS OBRAS DEL ESPÍRITU Y EL CAMBIO CULTURAL

LAS REVOLUCIONES SON UNA SUSTITUCIÓN cultural radical. Se trata de cambiar la cultura de la dominación, del egoísmo, la del capitalismo, por la cultura de la liberación, de la solidaridad, del amor, la del Socialismo. Es una sustitución de universos, un trastrocamiento profundo en el alma de la sociedad. Este cambio es imprescindible, sin él no es posible una Revolución, nada puede reemplazarlo. Pretender hacer una Revolución sin un cambio cultural, es arar en el mar.

La cultura no es imparcial, es un reflejo del desarrollo de la confrontación entre el empeño de construir un mundo donde el hombre sea el centro, y la cultura que justifica el sistema de miseria espiritual y material que padecemos. Un conflicto entre los valores, la ética de la sumisión, del conformismo, y los valores, la ética de la rebeldía, de la liberación.

Las Revoluciones deben tener como principal meta, como fundamentales logros, esos cambios culturales. Todas las acciones revolucionarias deben aspirar como último objetivo alcanzar y consolidar esos cambios.

El paso de Los Andes que realizaron los llaneros guiados por El Libertador, fue ante todo un logro de la nueva cultura de la independencia que nacía en un Pueblo sojuzgado por siglos. Aquel Pueblo hecho Ejército Libertador, que pasaba hambre, se vestía de harapos, y se cubría de gloria en las batallas, encarnaba el amanecer de la nueva cultura. El tiempo no puede borrar esa hazaña del espíritu social, es que las más sublimes obras de un Pueblo son las obras del espíritu.

Toda Revolución se nutre y avanza apoyada más en logros espirituales que en logros materiales. Allí está la Revolución Soviética, la vencedora del fascismo, olvidó esta máxima y dio primacía a los logros materiales, llegó hasta la luna, pero extravió el camino de la conciencia, del espíritu, y hoy la humanidad toda padece los errores de aquel Socialismo.

En la Revolución Bolivariana, la nuestra, hemos conseguido grandes evoluciones del espíritu. Las misiones son territorio de una nueva cultura: rescatar a millones de venezolanos de la ignorancia, es un triunfo sobre la cultura del oscurantismo capitalista y sobre la prehistoria. La Revolución Bolivariana debe continuar dando batallas que demuestren y eduquen en el cambio de cultura. La Revolución necesita conquistas del espíritu que sean fruto del esfuerzo de todos, que muestren el nuevo y noble corazón social tallado por la Revolución Bolivariana.

En abril y diciembre, el Pueblo unido alrededor de objetivos altruistas dio batallas que lo elevaron como colectivo social. La Revolución debe construir oportunidades para que ese espíritu, esa conciencia social, se exprese en otros ámbitos, por ejemplo, en la economía, en el trabajo socialista, en el trabajo voluntario, en las jornadas de estudio colectivo, en las actividades de vigilancia revolucionaria, en el combate a los estímulos al egoísmo, y en la premiación de acciones que enaltezcan la conciencia del deber social.

¡Patria es Socialismo!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

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