9.10.06

MISCELANEAS 25

1. Los partidos, como hoy los conocemos, son estructuras políticas adaptadas a la institucionalidad mantuana oligarca. Maquinarias electorales, más o menos especializadas en la búsqueda de votos, en elecciones oligarcas, que reclaman conductas oligarcas, metas y métodos oligarcas, para elegir representantes a instituciones oligarcas que, por definición, por su esencia, están separadas del pueblo. De esta manera, son fuentes del clientelismo y de cuotas de poder.

2. Con el avance de la Revolución, con la declaración de ir hacia el Socialismo, de dar poder al pueblo, la situación ha mudado radicalmente. Ahora es necesario cambiar la organización social, cambiar la manera de elegir a los representantes populares, y cambiar, por supuesto, a las instituciones que agruparán a esos representantes populares. El parlamento, sede del cretinismo oligarca, debe ser sustituido por una institución incrustada en el alma popular. Es necesario construir un tejido social en lo político y en lo administrativo, que restituya la salud social. La sociedad fragmentada por el Capitalismo, debe ser de nuevo integrada por el Socialismo, esa es una de sus principales metas.

3. La agresión del imperio tiene varias formas de presentarse, pero, siempre necesitarán que una gran parte de nuestra población y la del resto del mundo esté bajo engaño: una, para que se movilice, la otra, para que acepte. Por eso manipulan la candidatura de rosalito, le construyen un apoyo que sólo existe en los medios, hacen manifestaciones de pantalla o de papel, le inventan emboscadas, se escurren en nuestras debilidades, y nuestras ambigüedades, crean una ficción de dictadura, engañan de mil maneras. Después, cuando se acerquen las elecciones, cuando maduren las condiciones, podrán hacer acciones cruentas.

4. Si en el afán de conseguir la meta de los votos sacrificamos la meta espiritual, si apuntalamos la ideología, la conciencia y los métodos de la oligarquía, entonces, ganaremos la batalla de las elecciones y perderemos la guerra de la Revolución.

5. ¿Cuándo se pierde una Revolución? Una Revolución no se pierde como se pierde en un juego de cartas, todo o nada. Lo que se pierde es la capacidad de avanzar. La correlación de fuerzas cambia de favorable a desfavorable, y el anhelo revolucionario de los pueblos se va desvaneciendo. Entonces, otras opciones de vida toman fuerza, las vías revolucionarias no son entendidas, son sustituidas por soluciones inmediatistas, reaccionarias, y el sueño queda relegado al olvido, o mejor, al fondo del alma popular, desde donde florecerá, años más tarde, en forma de líder, para transitar una nueva oportunidad. Es así que la Revolución de independencia, después de la derrota del Libertador, emerge robustecida, regresa con Zamora, con Fabricio, con Chávez.

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