22.5.06

MATEMÁTICA SIN FECUNDIDAD, ES UN AZOTE

La matemática electoral, que esteriliza el pensamiento y la capacidad de análisis, es un azote. Veamos.
Hay dos maneras de enfrentar la conquista del voto: una, como si de una mercancía se tratara; la otra, como si un acto de conciencia fuese. Las dos son contrapuestas y conducen a consecuencias diferentes.
Si se enfrenta el acto electoral como un acto maquinal, y al voto como una cifra inerte, como si de kilos de papas se tratara, en este caso la infecunda matemática tiene cabida en el análisis, sería un simple ejercicio de contabilidad: cuánto tengo en el haber, cuánto en el debe, y de allí se sacarían las estrategias electorales. Es comprensible que en este mundo capitalista exista la tendencia a reducir las elecciones a esta álgebra política. En el Capitalismo todo se transforma en mercancía, no obstante, cuando de Revolución se trata, esta infértil matemática, que no fecunda conciencia, es camino expedito para castrar la Revolución y, lo que es más lamentable, el resultado calculado por estos atletas de las matemáticas será, sin duda, desmentido por la realidad. Revisemos algunos de los errores que se comenten con esta visión mercantil de las elecciones.
Primer error: contabilizar los votos chavistas del referéndum del 15 de agosto como votos pasivos, que están depositados en un almacén para usarlos cuando queramos. Segundo error: tratar de conquistar votos antichavistas haciendo concesiones, pensando que esas concesiones no influirán en la intención de votos bolivarianos e inducirán a la confusión, al desencanto, a la abstención. Tercer error: intentar conseguir votos a cualquier costo, por encima de las secuelas que pueda dejar.
Ronda por allí la tentación, comprensible en este mundo capitalista, de reducir la batalla electoral a un problema de suma de votos. Se vacía la meta de los diez millones de cualquier contenido espiritual, de conciencia, de compromiso con el proceso. Se “usan las herramientas melladas del Capitalismo para construir el Socialismo”, el resultado de esto ya lo conocemos. Por el contrario, los revolucionarios debemos focalizar las elecciones como una oportunidad de crear conciencia del deber social, de elevar el nivel político del pueblo, de remarcar que nuestra meta es el Socialismo, crear conciencia de la importancia histórica que tiene la victoria del Comandante para el destino de la humanidad, desenmascarar a los lacayos del imperio que momentáneamente se disfrazan de demócratas, partir las aguas entre patriotas e imperiales. En definitiva, sembrar en los humildes la idea de que sólo el Socialismo salva al pueblo.
Desperdiciar la oportunidad de concientización electoral reduciéndola a unas matemáticas infecundas, es un crimen de leso Socialismo, o lo que es lo mismo de lesa esperanza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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