23.10.10

CUBA: ESCUDO MORAL Y ANTINUCLEAR

Fidel Castro, vale decir, Cuba Revolucionaria, cuyo ejemplo es el más impenetrable escudo antinuclear con que cuenta la humanidad, una vez más nos alerta del peligro inminente de extinción que confrontamos.
Dice Fidel:
"Los pueblos están en el deber de exigir a los líderes políticos su derecho a vivir. Cuando la vida de su especie, de su pueblo y de sus seres más queridos corren semejante riesgo, nadie puede darse el lujo de ser indiferente, ni se puede perder un minuto en exigir el respeto a ese derecho; mañana sería demasiado tarde."
Fidel nos dice, el derecho a existir está en peligro, y los pueblos tienen el deber de exigir su derecho a vivir. Sentencia que los pueblos tienen el DEBER de exigir, que es sinónimo de luchar para preservar la vida, producir líderes que respeten este derecho, y refuerza: “porque nadie puede darse el lujo de permanecer indiferente”.
No hay otra manera de responder al llamado de Fidel que construir un mundo que sea un formidable escudo que preserve a la humanidad. Las preguntas que surgen son: cómo, cuál. Veamos.
Sabemos que el peligro nuclear es consecuencia directa de la demencia propia del capitalismo. Éste, en su afán desmedido de lucro, es capaz de todo en la lucha por mercados y ganancias que son su razón de existir. Esa es la causa primigenia del peligro nuclear, así, mientras exista capitalismo habrá peligro.
El capital es un monstruo que tiene vida propia, se personaliza en mil cabezas humanas y las maneja a su antojo y conveniencia. Es por eso que generaciones enteras, que han hecho suya la causa antinuclear en Europa y en las mismas entrañas del monstruo gringo, no han podido eliminar este espanto en la vida de la humanidad.
Hoy, después de más de medio siglo de Hiroshima, seguimos viviendo el desasosiego de la extinción súbita, espantados por las visiones terribles del hongo atómico, y de los miles de niños asesinados en segundos aquel agosto de 1945. Cada vez más la humanidad ve, en la agonía del capitalismo, el peligro de su extinción.
Es evidente que la cura definitiva de la amenaza nuclear se consigue con la sustitución definitiva del capitalismo, en eso ya no hay tiempo que perder. De allí que la lucha por la vida, por la humanidad, contra la demencia atómica, es la lucha por el Socialismo.
Si continuamos por el camino capitalista pereceremos. Sólo la construcción del Socialismo puede despertar en los pueblos el ímpetu y la lucidez necesarios para enfrentar, obligar a los gobernantes capitalistas, que son los mismos gobernantes nucleares, a desistir de ese tipo de armamento, de la guerra para saciar su sed de ganancias. Sólo así la lucha contra la patología nuclear tendrá posibilidades de éxito.
Cuba, muestra de que el capitalismo es superable, que el Socialismo es posible, se constituye, con su ejemplo y su resistencia, en camino, en escudo moral antinuclear para el resto de la humanidad.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

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