28.4.10

LAS MISIONES VANGUARDIA DEL SENTIMIENTO

A la hora de evaluar y promover a las Misiones debemos poner énfasis en el sentimiento, en el espíritu, es allí donde está su fuerza, son la muestra del Hombre Nuevo, de la nueva relación humana, del mundo nuevo que queremos construir.
Cuando los cubanos y venezolanos van a Bolivia a erradicar la enfermedad del analfabetismo, o marchan a Haití a aliviar a las víctimas del terremoto, o se ofrecen para socorrer en cualquier parte del mundo, están dando una muestra de amor, están calificando al Socialismo.
El hecho de ir a la búsqueda del que sufre, sin pedir nada a cambio, es un acto revolucionario, de rescate del humanismo perdido en las miasmas del capitalismo. Cuando un país sale de sus fronteras a llevar salud, conocimiento, felicidad, y no a invadir, es una demostración de una sociedad movida por espíritu amoroso.
Ese sentimiento que guía a la Misiones merece el apoyo de la población, es necesario salvarlo, no es el fin, es sólo el inicio del rescate de la integración social, es la señal clara de que la Humanidad es posible, no está condenada a la extinción, de que en Venezuela estamos construyendo una armonía que sustituye al desarrollo depredador, donde las necesidades van tomando su cauce natural, en resumen, estamos construyendo una sociedad que sirva de ejemplo, de alternativa al desarrollismo y consumismo suicida que nos plantea el capitalismo.
Una Revolución es movida ante todo por un profundo sentimiento de amor, eso son las Misiones, el reservorio amoroso de nuestro proceso, el pilar fundamental de nuestra Revolución.
Entonces, si este pueblo pierde las Misiones, si las entrega a los enemigos de la Humanidad, no sólo estará perdiendo el módulo de Barrio Adentro, o la asistencia deportiva, o la asistencia a los que nunca tuvieron, que les brinda, por ejemplo, la Misión José Gregorio a los discapacitados, estará enterrando la posibilidad de su redención.
Ya la oposición oligarca ha decretado el fin de las Misiones, dictaron que los misioneros cubanos son una “fuerza de ocupación”, cada hora arrecia la campaña contra Cuba. Preparan el terreno para agresiones de envergadura.
Por eso es importante, decisivo, que Chávez, que la Revolución, salgan bien en las elecciones de septiembre. La época postelectoral será de profundización de la confrontación con la oligarquía y el reformismo internacional y nacional. Es necesario que la Revolución entre en esa etapa con la mayor fuerza posible.
Si de las elecciones salimos débiles, sin dudas, la oligarquía envalentonada intentará zarpazo.
Lo que se decide en las elecciones de septiembre no es simplemente la diputación de un circuito, es el destino de la sociedad, del Comandante, del camino del amor.
No podemos entregar ni un milímetro de lo ganado al enemigo oligarca, tenemos que recuperar el terreno cedido en momentos de incomprensión. Es necesario ganar. Demostrar a los oligarcas que estamos decididos a defender nuestro derecho a construir un mundo diferente al desastre en que ellos han convertido a la humanidad.
¡Chávez es Socialismo!

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