20.10.09

TRANSICIÓN

El período de transición al Socialismo es motivo de gran discusión en el campo revolucionario. Muchas son las teorías que allí pugnan, que lo interpretan, lo analizan. De ese campo de batalla surgirán las ideas que guiarán el camino de los procesos de cambio.
El período de transición al Socialismo surge de la realidad, de la toma del poder por movimientos revolucionarios en países de poco desarrollo de las fuerzas productivas, poco desarrollo económico. La teoría no había previsto esta circunstancia, fue elaborada pensando una situación en la que las fuerzas productivas chocaban con las relaciones de producción que las constreñían.
En esa situación, surgió la pregunta ¿Qué hacer?
Algunos movimientos revolucionarios que tomaron el poder, esclavizados a una interpretación dogmática de los clásicos, entregaron el poder a la burguesía esperando que ellas crearan las “condiciones” para la Revolución, así desperdiciaron las raras oportunidades revolucionarias.
Ese fue el caso del 23 de Enero de 1958 en Venezuela: después de derrocada la dictadura, los revolucionarios entregaron el poder a la burguesía y a sus representantes, sumiendo al país en casi medio siglo de oscuridad.
En la Rusia de 1917, Lenin guió la toma del poder y desde allí la construcción del Socialismo. Formuló la teoría del eslabón más débil, y así dio respuesta a la pregunta: qué hacer cuando los revolucionarios toman el poder en países de poco desarrollo.
Fidel y los guerrilleros toman el poder en Cuba en 1959 y reafirmaron que “el deber de los Revolucionarios es hacer la Revolución”, y emprenden el camino difícil pero hermoso de tomar el cielo por asalto, de devolver al humano su condición de humano.
Aquí en la Revolución Bolivariana, la discusión sobre el tema es intensa, pero no es explícita, se discute con sordina, pero se actúa con presteza.
Es así, los partidarios de la etapa de transición, dirigida, hegemonizada por el capitalismo, difunden poco su teoría, se limitan a exponer la necesidad de una convivencia entre un capitalismo que estimulan, que crean, y un Socialismo que no dejan prosperar, al contrario, lo combaten bajo cuerda.
Sus ideas restauradoras las enmascaran en una suerte de Socialismo Productivo que lleva explícito, que sugiere, que debe ser dirigido por el capitalismo. Las medidas que proponen llevan ese signo.
Por otra parte, los partidarios de una etapa de transición que debe ser construcción de realidad y espiritualidad socialista, entienden que el Socialismo no surge espontáneamente, se debe y se puede construir en el alma y en lo concreto, en la realidad, y que esa debe ser la prioridad del Gobierno Bolivariano, hacia allá deben ir dirigidas las acciones, las medidas, el mensaje.
La Revolución Bolivariana ha avanzado en la espiritualidad, la conexión amorosa entre el Comandante y el pueblo es un pilar fortísimo de la Revolución. Las jornadas de Abril y Diciembre lo demostraron. Ahora es necesario dotar al Socialismo de base material, esa es la tarea. Al contrario, dotar al capitalismo de base material es un crimen de lesa Revolución.
¡Chávez es Socialismo!

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