14.9.09

RUPTURA Y ZARPAZO

La Revolución Pacífica en una primera etapa debe hacer sus cambios dentro del espíritu oligarca heredado. Esto significa que opera en un terreno que conspira contra lo nuevo. Dentro de ese cepo, la Revolución poco a poco se desgasta. Esto es una ley.
Cuando la Revolución se debilita la oligarquía le da un zarpazo, produce una ruptura que alcanza la crueldad de un pinochetazo físico o moral. En cualquier caso, la posibilidad socialista es enclaustrada por muchísimos años en las profundidades de las catacumbas ignotas.
¿Cómo superar este destino?
Debemos interiorizar que una Revolución Pacífica es: sustituciones profundas, rompimiento, ruptura con el espíritu oligarca, pero también supone la posibilidad de una restauración, de un rompimiento favorable a la oligarquía.
Este es el principal peligro de las Revoluciones Pacíficas, esos procesos caminan hacia una Ruptura, eso es inevitable e independiente de la voluntad de los actores.
El estudio de la Ruptura es vital para la Revolución , permanecer desprevenidos dentro del espíritu, de la lógica oligarca, es fatal. Adelantarse en el rompimiento es profundizar la debilidad. El manejo de la ruptura es un arte y una ciencia que merece estudio. Lo peor que nos puede pasar es ignorar esa realidad y dejar a la oligarquía actuar a su libre albedrío.
El reto es conducir ese rompimiento, que es inevitable, hacia cambios profundos, hacia el Socialismo, e impedir la restauración, el aplastamiento del ejemplo, del sueño.
La ruptura puede ser violenta o pacífica, la Revolución debe estar preparada para cualquier posibilidad.
¿Cómo hacerlo?
Revisemos nuestras fortalezas y reforcémoslas, detectemos nuestras fallas y corrijámoslas, así estaremos preparándonos para el momento de la ruptura inevitable.
Tenemos un líder de la calidad de Chávez, defendámoslo.
Tenemos una idea, el Socialismo, que nos guía hacia la construcción de un mundo con la mayor suma de felicidad posible, única manera de garantizar la sobrevivencia de la especie amenazada por el capitalismo, reafirmémosla, aclarémosla, profundicémosla.
Tenemos un pueblo valiente, ansioso, esperanzado en los cambios, esperando ser dirigido en la construcción de ese mundo, del Socialismo, organicémoslo, eduquémoslo, guiémoslo en el combate.
Necesitamos un Partido que supere los límites de lo electoral, que se constituya en guía de la acción social en la paz y en la guerra, que sea referencia para la acción del pueblo, un partido creíble, confiable, con reputación de bueno. Construyámoslo.
Necesitamos cuadros que sean ejemplos de la nueva conducta, capaces de los mayores sacrificios, últimos a la hora de los privilegios, dignos herederos de las hazañas de la gesta libertadora, émulos de El Paso de los Andes, de Carabobo, de Las Queseras del Medio. Estudiosos, capaces de adaptar a nuestra realidad el acervo histórico revolucionario universal, queridos por el pueblo, que los sabe entregados a la causa social, hijos de la Revolución. Formémoslos.
Precisamos de centros generadores de teoría, directores del estudio, donde se analice nuestra realidad, la ofensiva enemiga, la geopolítica, que nutran la acción política. Fundémoslos.
Así estaremos preparándonos para la inevitable ruptura y derrotando el zarpazo.
¡Chávez es Socialismo!

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