19.12.07

EL ESTUDIO

Tiene razón el Comandante en su llamado constante al estudio, a la lectura, a la reflexión. Es que se puede decir, parafraseando a Bolívar, que un revolucionario sin estudio es un ser incompleto.
El ser humano vive cerca de ochenta años, se mueve en un territorio que abarca algunos kilómetros y se relaciona con un número pequeño de prójimos. Si comparamos esta trayectoria vital individual, con el recorrido de la humanidad entera, nos daremos cuenta lo pequeña de una, frente a la grandiosidad de la otra. Y, si además consideramos que la especie humana se distingue por tener, junto a la herencia genética, la herencia cultural, entonces, entenderemos la importancia y la magnitud del estudio necesario. Podríamos decir que la especie humana es la especie capaz de estudiar, esto la determina.
Somos humanos por el conocimiento acumulado en miles de años de historia. Un ser sin estudio es un ser incompleto, porque somos el individuo, más la cultura. Un ser sin esa sapiencia, retrocede a las cavernas, le falta el caudal de vida, de cultura que transformó al homo en sapiente, en humano, es decir, un ser capaz de saber, de estudiar.
Las generaciones sin estudio están destinadas a descubrir el agua tibia, la rueda, el fuego, como las grandes hazañas de su tiempo. Y, lo que es peor, están destinadas a cometer los mismos errores de las generaciones pasadas, a ser víctima de quienes sí tienen conocimiento.
Si el estudio es tan importante para todos, con más razón lo es para los revolucionarios.
Los revolucionarios están destinados a dirigir el salto de la humanidad a cumbres revolucionarias, a romper el estancamiento de los tiempos, a avanzar y construir nuevos mundos. Por lo tanto, en él debe estar condensado lo esencial del conocimiento humano, para poder producir la teoría y la práctica que guíe el camino hacia el futuro.
En estos países de capitalismo marginal, por conveniencias de la oligarquía, y para facilitar la dominación y expropiación de las grandes mayorías, la tradición de trabajo es sustituida por la tradición del azar, de la viveza, del caza oportunidad, del facilismo, y esa conducta impregna a todos los niveles de la sociedad. El rigor del estudio, del conocimiento profundo, se sustituye por la pirotecnia verbal, que brilla un instante para luego desvanecerse en la inutilidad. La escritura es sustituida por la improvisación, el conocimiento por la audacia. Se ha hecho de la ignorancia un valor, de la estulticia una cualidad. En definitiva, se nos ha educado para la ignorancia.
Debemos seguir las enseñanzas del Comandante y decretarnos en campaña por el estudio, impregnar a toda la nación de entusiasmo por la lectura, por las artes, por el conocimiento, masificar el libro, inundar al país de diccionarios.
En definitiva, debemos hacer de este Pueblo uno de los más cultos del planeta. Y no olvidemos que Revolución es otra forma de decir cultura.
¡Sin Chávez no hay Socialismo y sin Socialismo no hay Chávez!

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