El extraordinario avance de la Revolución Bolivariana
, el mayor mérito de Chávez, su conductor, el que sin duda registrará la
historia, es haber creado las condiciones para que por primera vez la ideología
proletaria, la verdaderamente socialista, entre en combate, se riegue
rápidamente en el corazón de la clase obrera y la encuentre con su papel
histórico: liberar a toda la sociedad del trabajo enajenado, de la hegemonía de
la propiedad nosocial de los medios de producción, avanzar hacia el Socialismo.
El combate se plantea ahora, por primera vez, entre el
capitalismo en sus diversas variantes, representado conspicuamente por
capriles, quien con desfachatez plantea el impulso a la propiedad nosocial de
los medios de producción, la privatización de la petrolera y de las empresas
básicas de Guayana. Cultiva los sentimientos más viles y al egoísmo llevado a
niveles de demencia. Es el capitalismo salvaje en su expresión fascista.
Enfrentado a Chávez, a la clase obrera, a una Revolución que después de largo camino
encontró a su clase motora que le da fuerza para, como decían los clásicos "tomar
el cielo por asalto" y fundar un mundo con la mayor suma de felicidad
posible.
Es claro que los días que vendrán serán de
enfrentamiento, es importante precisar ¿quienes, cuáles clases
participarán en la pugna? Veamos.
Primero, encontramos a los pequeños burgueses dentro
del proceso, queriendo morigerar las contradicciones e ignorarlas, su
proyecto ahora es regresar a una especie de pacto de punto fijo, una
recomposición de la dominación burguesa. Ya han avanzado mucho en la
concertación económica, plantean con desparpajo la convivencia y estimulación
del capitalismo criollo, trabajan en la concertación política.
Al lado de los pequeños burgueses internos encontramos
a los tradicionales políticos de derecha y de centro, que
representan a sectores de la pequeña burguesía, externa al proceso, tendiendo
puentes hacia el neo pacto.
La situación de la clase obrera es de estudio
obligado para entender cuál será el futuro. Encontramos una fracción aún
dominada por los dirigentes economicistas que oscilan entre la falta de
arraigo en las bases obreras, la gestión del reparto de la renta y la necesidad
de acompañar al proceso revolucionario que no lo sienten suyo, al contrario, lo
adversan con sus costumbres y su ideología economicista.
A su lado vemos una fracción anarcoide que no
comprende los cambios en la política nacional, las posibilidades
revolucionarias que representa el Comandante Chávez, y se confinan a una suerte
de control obrero que termina siendo una forma "eficaz" de reclamar
una parte de la renta, y de debilitar la posibilidad socialista.
Los obreros petroleros son esperanza, allí se detecta
el esfuerzo por desperezarse de años de adormidera, hay trabajo voluntario, se
forman sindicatos políticos, se intenta otra relación en el trato de las
reivindicaciones, se entiende que el propietario es la sociedad. Pero sobre
todo se toma conciencia del papel que deben cumplir en esta etapa: ayudar al
avance hacia el Socialismo, ser ejemplo y guía en esa marcha, irradiar su
ideología al resto de la sociedad.
¡Viva Chávez!
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