La dominación
burguesa, el estado burgués, se sostienen sobre unos amortiguadores que mitigan
las tensiones sociales que produce la lucha de clases. Cuando son incapaces de
contener, de atajar la turbulencia social, el sistema entra en crisis, se
anuncian cambios profundos.
Uno de estos amortiguadores son las elecciones
burguesas, en Venezuela funcionaron durante medio siglo.
Con la llegada de la Revolución , por razones de sus
características, hubo la necesidad de continuar con las elecciones burguesas.
En varias ocasiones se han visto desbordadas por las contradicciones, así se
produjeron el golpe y el sabotaje petrolero. Se podría decir que a medida que
la Revolución avanza las elecciones pierden cada vez más su papel amortiguador,
la restauración de la dominación capitalista busca vías extra elecciones.
A medida que la Revolución se hace fuerte, las
elecciones burguesas se debilitan en su papel. Esto parece ser una ley de las
revoluciones pacíficas. Hoy en Venezuela las contradicciones han llegado a tal
punto que el sistema electoral estalla en pedazos. Veamos.
El CNE se debilita. El episodio de la gorra de
capriles, el embrollo con el simulacro, la insistencia de la oligarquía en
cantar fraude, configura un cuadro de CNE golpeado, disminuido.
La amenaza de resultados adelantados, dar por sentado
la derrota de Chávez y la supuesta negativa nuestra a reconocer los resultados,
junto a las agresiones de personeros gringos, configuran un cuadro de
desbordamiento de las contradicciones.
En esta situación dos son los escenarios a
considerar:
Las elecciones pueden contener el estallido de las
contradicciones, el triunfo de Chávez será aceptado por la
derecha nacional e internacional, preservaremos la paz, seguiremos
construyendo.
Las elecciones son incapaces de contener el estallido
de las contradicciones, la derecha asalta a la Revolución. Este escenario de
alta probabilidad tiene muchas variantes, van desde un golpe clásico, de esos
que se dan en la madrugada, hasta la desestabilización y posterior
intervención.
¿Qué hacer?
Primero: desechar el virus del electoralismo. Las
elecciones burguesas son sólo una vía para resolver las contradicciones
sociales, no "la única vía", ni siquiera son la manera de ser
democráticos. La experiencia indica que el electoralismo, paradójicamente, se
enraíza más en las revoluciones pacíficas en el poder que en la derecha
desplazada.
Segundo: organizarse para enfrentar el asalto a la
Revolución, construyendo un tejido social y, sobre todo, dejando
claros los comandos, estos a la hora de los hornos son indispensables, sin
ellos, a despecho de la conseja anarquista, no hay victoria posible.
Tercero: hacer un gran ejercicio unitario, la
unidad no debe ser castradora, debe hacerse alrededor de dos únicos requisitos:
ser Chavista y ser Socialista.
Cuarto: debemos pensar que a la hora del quiebre se
debe instaurar un estado de excepción, que permita profundizar y defender la
Revolución.
La mayoría actuante, la misma que hizo la Revolución
de la Independencia , tiene igual o más legitimidad que la mayoría votante, que
es inactiva y se limita a un acto individual, egoísta.
¡Con Chávez!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario