La crisis que azota al capitalismo mundial crea turbulencias en el sistema de dominación, estas circunstancias son propicias para el avance revolucionario, y también para el recrudecimiento fascista. Este es el dilema de los tiempos que corren, y este dilema debe guiar todas las acciones y los empeños de los revolucionarios.
El sistema capitalista se defiende tratando de llevar el peso de la crisis a los sectores que siempre ha explotado, y recurrirá al fascismo en las zonas del planeta donde se vea seriamente amenazado su dominio, el fascismo es su última y más poderosa opción para enfrentar a la insurgencia.
Los revolucionarios, en la coyuntura, deben redoblar sus esfuerzos para conducir la sociedad por derroteros de cambios profundos, rumbo al Socialismo, deben explicar las raíces de la crisis, la necesidad imperativa de superar al capitalismo, y deben combatir con fuerza los intentos de las oligarquías de manipular a los humildes y hacer que estos se coloquen en el bando de sus verdugos. Los oligarcas intentan buscar razones para que el pueblo se enfrente al gobierno.
Es hora de Revolución, y para ser revolucionario en esta hora:
Los revolucionarios deben apoyar al Comandante Chávez, el apoyo debe ser crítico como son los apoyos verdaderos, pero debe ser leal, como son las relaciones fraternas, transparentes.
En esta época, el apoyo a Chávez es condición indispensable para ser revolucionario, no es posible ser revolucionario y no ser chavista. Esta posición no es un capricho, se desprende de la realidad. Veamos.
Vivimos desde hace siglos, pero ahora con inusitada claridad, un enfrentamiento de clases. El bloque oligarca en feroz lucha contra el bloque revolucionario.
Los bloques al principio del proceso, en sus primeras etapas, no estaban nítidamente definidos: el Campo Revolucionario presentaba vetas oligarcas, infiltrados, recordemos a miquelena, leopoldo puchi, ismael garcía, ramón martinez, sin hablar de rosendo, etc. Representaban posiciones ideológicas adversas al camino que llevaba la Revolución, se fueron quedando en el camino a medida que se avanzaba.
Se producía dentro del proceso una feroz lucha de clases que fue siempre resuelta a favor de la posibilidad revolucionaria, siempre la vía revolucionaria se preservó, siempre se avanzó. Fue correcta, la historia lo dice, la posición de los Revolucionarios que acompañaron al Comandante, es este duro, pero hermoso camino de abrir brecha al Socialismo.
La Revolución es un camino contradictorio, impregnado de lucha de clases, así avanza. El deber de los revolucionarios es colocarse, en el polo del futuro, del movimiento hacia adelante.
Hoy, una vez más, el polo que representa al futuro, que marca rumbo al Socialismo, es el liderado por el Comandante, no hay nada más revolucionario. Las medidas tomadas para enfrentar la crisis, una vez más señalan el polo correcto.
Los equivocados de ayer y de hoy, que inventaron teorías y análisis para separarse de la corriente principal de la historia, para deslindarse del Comandante, traicionar al futuro, hoy con su conducta derechista, reafirman lo acertado de los que perseveran.
¡Chávez es Socialismo!
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