Es aceptado que las clases dominantes no se suicidan,
no ceden el poder de manera pacífica, su desplazamiento del poder es cruento.
El suicidio político está reservado para las Revoluciones.
Asistimos al suicidio de las Revoluciones Soviética,
China y la de Vietnam. Sin disparar un tiro entregaron la dominación a los
capitalistas, y fue tan "mortal el suicidio" que no hay en estos
momentos ni siquiera resistencia, la idea socialista fue borrada de raíz.
En el planeta la dominación capitalista es total,
aparece con ligeros matices, tiene polos que se reparten el mundo y crean una
diversidad fraudulenta. Podemos decir que el capital es uno solo con diferentes
manifestaciones, diversos idiomas, disímiles imágenes en los billetes, pero
siempre el mismo capital.
El Comandante Chávez, con el mismo coraje del
Libertador, aceptó el reto descomunal de ir hacia el Socialismo en un mundo
unánime capitalista. Bolívar se enfrentó a la coalición monárquica mundial, se
nutrió de Francia, de Haití. A nosotros nos queda la tradición, la historia
Revolucionaria mundial y el ejemplo magnífico de Cuba, su capacidad de
resistencia, su negación a perecer, enfrentada al mundo y a corrientes internas
poderosas.
El intento revolucionario bolivariano, inmediatamente
que Chávez declara su carácter Socialista, activa dos enemigos principales: el
externo y el interno. Este último convive en el campo bolivariano, intenta
sembrar teorías distraccionistas que desvían el camino y preparan la soga del
suicida.
Al enemigo externo lo hemos vencido muchas veces, al
interno ni siquiera lo hemos detectado, no hablamos de él, lo dejamos trabajar
libremente, sin enfrentarlo. La lucha ideológica, el disentir, es mal visto, perseguido con sordina,
mutiladas sus tribunas, los medios se diluyen en pendejadas y evitan la
confrontación ideológica. Así, la Revolución se desliza al suicidio, plácida,
inocentemente. Veamos.
Un ministro dice: "En cuanto a la
exclusión, algunos empresarios presentes en el encuentro, podrían formar parte
del 98% de los emprendedores que no han recibido financiamiento, debido a que
el 2% de los empresarios que solicitaron recursos y créditos a la banca,
concentraron el 66% de los recursos que se distribuyeron y eso no es para nada
democrático, es por eso que se crea una Ley de Crédito a la Manufactura, para
democratizar los recursos, precisamente, y que vayan a cada una de las
personas, que vayan a cada uno de los sectores que realmente producen en
el país”.
Ahora la Revolución está descubriendo que el capital
tiende a concentrarse, que los emprendedores y sectores que "realmente
producen" (eufemismo de capitalistas), producen también la conciencia
egoísta que acaba con la Revolución. Revolución que estimula al capitalismo
se suicida.
Alguien debe organizar un gran foro sobre la vía al
Socialismo. Allí se discutirá, por ejemplo: ¿Se puede ir al Socialismo en
conchupancia con el capitalismo? ¿Se puede separar la relación económica de la
formación de la Conciencia del Deber Social, fundamento del Socialismo? ¿Se
pueden construir nuevos empresarios capitalistas sin conciencia capitalista,
como proponen algunos? La ausencia de discusión nos lleva al fracaso.
¡Chavistas,
Socialistas!
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