La derrota del
7 de octubre sumerge a la derecha en una profunda crisis. La frustración la
obligó a refugiarse en las elecciones regionales, perdió sentido de país, de
nación. Su líder, aún magullado, se redujo hasta ser el candidato de un estado.
Es así, sin líder y sin proyecto, la derecha busca una salida política, y
sabemos que no hay nada más peligroso para una sociedad que la oligarquía
herida, desconcertada.
La oligarquía en estas condiciones abandona la salida
electoral, ya asoman, con timidez, los pusilánimes que proponen otras vías.
Carlos Blanco escribe este domingo 18:
…"ha surgido como un tema central el de las
condiciones electorales. Está claro ahora lo que estaba claro antes pero que en
forma recalcitrante los jefes se negaban a considerar en su dramática
dimensión: si no se combaten estas prácticas concebidas por el gobierno y
ejecutadas con rigurosa sumisión por el Consejo Nacional Electoral, no hay
posibilidad alguna de resolver el problema del poder en Venezuela por vía
electoral y democrática. Nadie pide un poder electoral que le garantice a la
oposición el reemplazo de Chávez sino que le garantice que esa posibilidad
existe, lo cual es esencial para que la democracia impere y funcione. La
derrota política de Chávez en este terreno es crucial".
Este señor propone que el gobierno se ponga la soga al
cuello, que coloque el poder electoral que les satisfaga a ellos o buscan otras
salidas. Y sabemos que para estos ambiguos el poder electoral es bueno sólo
cuando ellos ganan: en los estados donde han triunfado es bueno, y ese mismo
poder electoral es malo cuando ellos pierden.
El fondo del asunto es que se quedaron sin política,
sin proyecto. Si van a las elecciones no pueden ganar con el proyecto
neoliberal, tienen que esconderlo para parecerse a Chávez, y así pierden fuerza
y son derrotados. En otras palabras: las elecciones no les sirven ya al
proyecto burgués, perdieron esa expresión política… se acercan los nubarrones
de la salida de fuerza.
Frente a esta situación de peligro surgen dos
posibilidades para la Revolución : Una, claudica, como pide Blanco, se
llega a un pacto con la derecha, se trunca el proceso, se estanca en el
reformismo, conformándose con buenos números y buen gobierno, y otra, avanza en
la construcción del Socialismo, lo profundiza, le da nitidez y rigor. Existe
una tercera posibilidad: la Revolución no pacta, pero tampoco avanza, allí
resuena la advertencia de Gramsci, en el claroscuro de la
ambigüedad surgen los monstruos, es decir, el fascismo.
La opción es clara, es necesario avanzar. El
avance precisa de una intensa discusión que fije con precisión el rumbo, tarea
ineludible y decisiva. Es una razón más para despejar el camino en las gobernaciones.
Necesitamos una Revolución fuerte, sin distracciones
de enclaves mezquinos, sin gobernadores ocupándose de obstaculizar, de servir
de santuario a la conspiración, sólo así habrá condiciones para una vigorosa
discusión.
¡Con Chávez es con sus candidatos, lo demás es
traición!
1 comentario:
Para que el socialismo triunfe debe hacerce énfasis en la formacion ideológica y politica en las diferentes comunidades porque aun falta mucha conciencia!!! La lucha es luchando!!!! Triunfaremos y venceremos!!!! Viva el comandante!!!!
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