26.7.08

VOTANTES Y ACTUANTES

La oligarquía, sabia en su dominación, ha instaurado un método de elecciones que separa al hombre actuante del hombre votante, de esta manera intenta reducir toda acción política a la mera acción electoral.
Si la actuación política se reduce sólo a lo electoral, entonces carece de peligro para el sistema oligarca, es controlable. Veamos.
El voto en el sistema oligarca es un hecho individual aislado, anónimo, se ejerce en la soledad, no genera vínculo con nadie ni con nada, es fugaz, al salir de la cabina de votación el acto se disipa. Es un hecho pasivo que nada exige al votante, a lo sumo hacer una colita, no hay riesgo, no hay participación activa, no hay actuación, no organiza para otra cosa que no sea el voto.
Así, las “maquinarias electorales” sustituyen a los partidos o, mejor, los partidos se transforman en simples maquinarias electorales.
Se intenta constreñir a las fuerzas sociales en pugna sólo a este escenario que las obliga a conducirse de acuerdo con los valores egoístas. Los candidatos y los electos obtienen grandes privilegios, de allí que las disputas por los cargos cultivan el egoísmo y las bajas pasiones. Confina a los dirigentes a este torneo, que sólo convoca para una acción individual y es terreno propicio para la ambición personal.
Después de las elecciones oligarcas no queda pueblo organizado, sólo la sensación de que la fiesta acabó y, triste, la masa sale de escena y espera otra elección, que la convoque a otra fiesta, que le de ilusión de participación.
Se comprende bien que buscar la unidad revolucionaria en las elecciones oligarcas es difícil, el terreno está tallado para la dispersión, para el individualismo, esa es su principal función.
La unidad de los revolucionarios, del pueblo y de sus dirigentes, no se conseguirá alrededor de las elecciones oligarcas, es necesario darles otro contenido.
¿Cómo hacerlo?
La clave está en romper el maleficio de separar la votación prestigiadora del individualismo egoísta, de la actuación social integradora, de la movilización.
Comprender que un votante es pasivo, que no construye. En contraste, un actuante es activo, en la formación de sociedad y en la construcción de Revolución.
Por tanto debemos unir votación con actuación, y así darle otro carácter a las elecciones.
En la medida que formemos y organicemos actuantes-votantes, en esa medida estaremos construyendo una fuerza realmente revolucionaria, que servirá para hacer Revolución y también para ganar elecciones oligarcas.
Debemos organizar la actuación social alrededor del voto, darle otra visión, transformarlo en acción, en actuación.
Formar comités de acción y votación que voten y que además actúen en la construcción de la Revolución , que le hagan seguimiento a la gestión y comportamiento de los electos, que hagan vigilancia revolucionaria.
Estos comités deben formar un poderoso tejido de actuación, en lo municipal, lo regional, hasta lo nacional. Deben tener como función unir el voto con la acción de las masas, deben servir para la votación, pero también para la movilización que construye y defiende a la Revolución.
Criticar es Amar
José Martí

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