La conciencia social requiere estudio fundamental, de su comprensión depende el destino de la Revolución. Veamos.
La conciencia social es el reconocimiento del individuo, o la clase, de su ubicación, sus relaciones en el mundo, la responsabilidad y acciones que de esa ubicación se desprenden.
La Conciencia del Deber Social es propia de la existencia proletaria, que emana de su trabajo en cooperación. Es la conciencia de pertenencia a la sociedad.
La conciencia egoísta es propia de la existencia oligarca, emana del trabajo egoísta, genera una guerra de todos contra todos.
Mucho dogmatismo y malas interpretaciones han sustentado el estudio de la conciencia social.
Algunos piensan que la conciencia social está ligada mecánicamente a la clase social. Otros piensan que no es posible adquirirla, que surge mecánicamente de las condiciones de existencia, que es un proceso espontáneo, que no es conciente. Otros simplemente ignoran su importancia.
Todas estas desviaciones son obstáculos formidables para la Revolución. Veamos.
Los que piensan que la conciencia social está ligada mecánicamente a la clase que representa, niegan el fundamento principal de la dominación de la clase oligarca sobre el resto de la sociedad.
Esta dominación se basa en la posibilidad de que la conciencia oligarca se irradie al resto de la sociedad, así la visión del mundo propia de la oligarquía se refleja a las otras clases, sus valores se instalan en el resto de la sociedad. Esto hace posible que se acepte el sistema de apropiación capitalista como algo natural, inamovible, a lo sumo perfeccionable.
Podemos resumir diciendo que la ideología dominante (la que adopta toda la sociedad) es la ideología de la clase dominante (que ha migrado al resto de la sociedad)
Con el mismo razonamiento, los que piensan que la conciencia social está ligada mecánicamente a la clase, niegan que la Conciencia del Deber Social, que emana de la clase proletaria, se refleje, se mueva al resto de la sociedad y haga posible la Revolución.
Los que piensan que la conciencia social surge mecánicamente de forma espontánea de la existencia, que la materialidad origina de forma mecánica a la espiritualidad, están negando la posibilidad revolucionaria en los países de poco desarrollo capitalista de escaso proletariado, están confinando la Revolución a los países altamente desarrollados, están negando la historia.
Basta revisar la historia para refutar esta idea simplista. Las revoluciones, sobre todo la cubana, han demostrado que la conciencia social es una fuerza capaz de incidir y dirigir la existencia.
La materialidad y la espiritualidad forman un complejo donde la espiritualidad es lo más importante, lo determinante. En otras palabras, es la conciencia social una fuerza objetiva, o mejor, parafraseando a Gramcsi, la conciencia social, la subjetividad, es la más poderosa de las fuerzas objetivas.
Se desprende que a la par de las modificaciones en las relaciones materiales, se deben estimular Formadores Activos de Conciencia del Deber Social: radio, prensa, televisión, artes, escuelas, y Trabajo Colectivo Voluntario, que se afincarán, se entrelazarán con la nueva materialidad.
Criticar es Amar
José Martí
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