Hay monstruos y monstruosidades que son incomprensibles, parecen escapados del infierno para venir a plagarnos de oprobio.
¿Cómo explicar que exista Guantánamo, o Posada Carriles, la muerte de niños en Palestina, los cientos de miles de mercenarios que ocupan Irak?
¿En nombre de qué se justifica el muro que separa a Estados Unidos de México, o que millones pasen hambre, si la humanidad produce suficientes alimentos para que ningún niño se acueste sin comer?
Estos monstruos y estas monstruosidades provocan preguntas angustiosas:
¿Por qué se gasta en armas lo que serviría para construir un mundo feliz para todos?
¿Por qué se asesina a quien se oponga a los monstruos y a las monstruosidades?
¿Cuáles son las condiciones sociales que engendran estos monstruos?
¿Por qué el imperio capitalista protege a estos monstruos?
¿Qué debemos hacer los hombres de buena voluntad frente a esta situación?
Respondamos.
Los terroristas, el terrorismo, es el engendro y el instrumento visible de un terrorismo mayor que pasa desapercibido, es el engendro del capitalismo, un sistema que destruye al humano, lo convierte en una pieza solitaria de un complejo de consumo y producción, o lo condena a la exclusión en medio de la abundancia y el oropel mercantil.
El terrorismo, esencia del capitalismo, necesita de los monstruos y de las monstruosidades para mantenerse. Siempre ha sido así y siempre será así mientras exista este sistema antisocial y antihumano.
Ayer asesinó a Sacco y Vanzetti, a Torrijos y Allende, hoy amenaza con asesinar al Comandante Chávez.
Ayer mantuvo en prisión a Albizu Campos, hoy secuestra a los Cinco Cubanos Héroes de la Humanidad que enfrentaban en Miami a las mafias terroristas.
¿Qué debemos hacer frente al terrorismo capitalista que amenaza con alterar el clima de la tierra a niveles de genocidio, de biocidio, que contamina mares convirtiéndolos en sepulcros, que condena a la humanidad a la distorsión de un consumo demencial de unos pocos a costa de la inopia de las grandes mayorías, que nos impone la fragmentación de la sociedad?
Frente a este monstruo, frente a esta monstruosidad, no hay otra cosa que seguir al pie de la letra el mandato central del Che, el que nos dejó antes de ir a Bolivia a respaldar sus palabras con la acción, no hay otra solución que: “luchar contra el imperialismo donde quiera que esté”.
Frente al monstruo capitalista no hay otra postura que emular la tenacidad independentista de Bolívar, que lo llevó a decir: “si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
Hoy, con la misma voluntad del Libertador, debemos decir: ¡haremos el Socialismo, y si alguien se opone lucharemos contra él y haremos que nos obedezca!
Frente al monstruo capitalista no hay otra opción que seguir las palabras del Comandante Chávez: ¡Patria Socialismo o muerte!
¡VENCEREMOS!
¡VENCEREMOS!
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