11.5.07

LA VOLUNTAD Y LA REALIDAD

La voluntad y la realidad son los dos polos que dominan el ejercicio político revolucionario. Realidad sin voluntad es espontánea, pero voluntad sin realidad es desvarío. El arte de la política estriba en saber combinar los dos polos, el éxito está reservado a quien sepa hacer esta combinación y adecuarla al momento. En política nada es mecánico, la rigidez es obstáculo. Veamos.
La voluntad es principal en las primeras etapas de una Revolución. ¿Dónde sino en la voluntad se sostuvo el Asalto al Cuartel Moncada, o el Cuatro de Febrero? ¿Qué otra cosa sino la voluntad impulsó a Fabricio a cambiar el cómodo congreso oligarca por el Campamento Venus?
El Libertador fue un maestro de la voluntad, no hubo dificultad ni seducción que quebrantara su voluntad de cambio. A esa voluntad los teóricos de pacotilla la llaman vanguardismo, o voluntarismo, es que no saben de los volcanes que habitan a los verdaderos revolucionarios.
La realidad, por su parte, actúa inexorablemente, tiene su propia fisiología, sus leyes, tiene la última palabra, es verdad. Pero, y esto es muy importante para los revolucionarios, la realidad puede ser construida por la voluntad, sino cómo se explica que en Cuba, país pequeño, sin proletariado desarrollado, vecino del imperio, se de una Revolución Socialista, y además se mantenga a pesar de la caída de la Unión Soviética.
Hay períodos en la historia en los que la voluntad diseña mundos reales, en esos momentos es importante la actuación de los altos dirigentes que conducen Pueblos. Uno de esos momentos fue el período de la independencia, con su marcha a Oriente, el Paso de los Andes, el Decreto de Guerra a Muerte.
En esos momentos se establece una lucha entre lo viejo y lo nuevo, es una batalla en el corazón de la sociedad, una pugna contra las costumbres y contra los miedos que impiden el asalto al futuro.
A Bolívar, que entendió que la marcha hacia el futuro no era posible sin la abolición de la esclavitud, lo derrotó esa espiritualidad del pasado.
Hoy en la Revolución Bolivariana vivimos un periodo donde la voluntad debe construir mundos, sobreponerse a las costumbres y a los miedos, abolir la esclavitud de estos días, que es más sutil, pero es esclavitud, porque permanece la posibilidad de que unos hombres se vendan a otros hombres, vendan su trabajo, su tiempo, su vida.
La voluntad revolucionaria encarnada en los dirigentes, que son Pueblo conciente, debe ir con decisión hacia formas económicas de propiedad social, soporte de conciencia social.
La voluntad revolucionaria debe derrotar a las desviaciones capitalistas, que proponen el absurdo de construir el Socialismo estimulando al capitalismo. Son los mismos artilugios que en época del Libertador pospusieron la liberación de los esclavos. Allá hablaron de “libertad de vientre”, “manumisión” y muchas otras medidas retardatrices. Ahora hablan de cogestión, de empresas de producción social, empresarios socialistas, y muchas otras medidas para distraer el hermoso salto de construir el mundo socialista, la esperanza de la humanidad.
¡Chávez es Socialismo!

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