8.5.07

PROPIEDAD SOCIAL: ESPERANZA DE LA HUMANIDAD

A la propiedad social de los medios de producción, la oligarquía le tiene terror. Aceptan todo, cualquier cosa, menos que le toquen su propiedad. Son capaces de travestirse socialistas, con la condición de que persista la propiedad egoísta, antisocial, de los medios de producción, siempre que le dejen intacta la posibilidad de apropiarse del trabajo ajeno.

Ellos saben que allí está la esencia de todo cambio profundo. Sin ese cambio en la relación de propiedad, toda Revolución será indefectiblemente atrapada por la restauración.

Ahora bien, por qué es fundamental la propiedad social de los medios de producción para la Revolución y para la salvación de la humanidad.

El Comandante ha dicho con mucho tino, que el capitalismo es el camino al infierno. Ahondemos un poco en esta afirmación, y estudiemos cómo cambiar el rumbo fatídico.

Es el Consumo Demencial la manifestación de la esencia socialicida del capitalismo.

El capitalismo requiere para su funcionamiento de un consumo compulsivo, el consumo es el que determina el éxito o el fracaso del sistema.

Si el consumo se detiene, se acumulan las mercancías y el capitalismo entra en grave problema, en crisis, se tranca todo el sistema.

Entonces, el mantener los niveles desmedidos de consumo exige crear necesidades artificiales, y es este binomio capitalista, Consumo y Necesidades Artificiales, el soporte de toda la locura.

La humanidad espoleada por las insaciables necesidades artificiales, contamina mares y atmósfera, produce millones de excluidos, cunde el hambre en el planeta, corre hacia el abismo.

Un buen ejemplo de esto es el insaciable consumo de combustibles, que lleva a producir alimento para la voracidad de las maquinas, en lugar de mitigar el hambre de millones de seres humanos.

Para salvar a la humanidad, para detener la carrera socialicida, debemos preguntarnos: ¿Por qué surgen las necesidades artificiales socialicidas? ¿Cómo detenerlas?

Las necesidades artificiales surgen de la exigencia de lucro infinito que una economía no planificada, competitiva, impone a los capitalistas, porque ya sabemos que capitalista que deje de ganar, perece.

Siendo así, sólo podremos salvar a la humanidad, construir un mundo viable, si organizamos la economía sobre relaciones de propiedad social de los medios de producción, que la sociedad retome la conducción de su economía y pueda organizarla en base a necesidades naturales, aquellas que no pongan en peligro su existencia, que no esté basada en la competencia, en la necesidad compulsiva de ganancia, donde, en resumen, el hombre no sea lobo del hombre. Y eso sólo es posible si la sociedad se encuentra a sí misma, si se integra, supera la fragmentación y rescata la razón humana del trabajo, es decir, si el trabajo y el trabajador dejan de ser una mercancía, si el trabajo es trabajo para toda la sociedad, y la riqueza así producida pertenece a la sociedad toda.

¡El Socialismo se construye con Socialismo!

¡Chávez es Socialismo!

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