30.4.13

MADURO NO ESTÁ SOLO (Martes 30-04-2013)


            Los teóricos de la oligarquía vaticinan corta vida a los muchachos de Chávez. Basan su pronóstico en la "vista corta" de los humildes, el estómago que anula al corazón y el cerebro achatado por siglos de hacerle creer que ya sabían, que no era necesario estudiar, que eso era debilidad.
            La ecuación es: a la menor dificultad el pueblo humilde inconsciente se rebelará en un motín incontrolable y ese momento será la oportunidad de los zamuros de la oligarquía. Confían en que el clientelismo haya superado la siembra de Conciencia del Deber Social, que el egoísmo capitalista aplaste el altruismo de los humildes, que el pueblo abusado en su credulidad opte una vez más por sus verdugos. La pretensión no es absurda, les ha dado buenos frutos a través de la historia, así arrinconaron a Bolívar y después lo asesinaron, así estuvieron medio siglo en el poder con el pacto de punto fijo.
            El centro de la batalla hoy es el alma de los humildes, allí está la clave del éxito. La Revolución debe afinar su táctica y su estrategia, superar la etapa del pago de la deuda social e ir con fuerza a la etapa superior, la de la elevación de la conciencia de sociedad, de creación de las relaciones económicas que la sustenten.
            Este pueblo tiene reservas morales, tradición e historia suficientes para dar el salto. No fue por casualidad que en un mundo capitalista surgiera aquí la tentativa de ir hacia el Socialismo. Este pueblo dirigido por Chávez, cuando todos pensaban que había llegado el fin de la historia, que más allá del capitalismo no había nada, se plantea la hazaña de ir al Socialismo y emprende el camino, derrota a la oligarquía, resiste feroces ataques.
            ¿Dónde reside su fuerza? El alma altruista que iluminó a la Independencia regresó con Chávez, el espíritu que hizo posible el Paso de Los Andes volvió en la hazaña del triunfo del Sabotaje Petrolero. Es allí, en este sentimiento altruista, que reside la fuerza del Socialismo. Las veces que nos hemos apartado de él, la Revolución ha caído en las "heladas aguas del cálculo egoísta", ha retrocedido, se ha visto con dificultades. Las veces que nos hemos abrazado con este sentimiento no hay "crisis" que valga.
            Es así, las grandes crisis de la Revolución están signadas por su divorcio del sentimiento altruista, del sentido patriótico, de la entrega al bien común, del ejemplo de Bolívar y Chávez.
            El dilema de hoy es Socialismo o barbarie, no hay medias tintas. La ilusión de regresar a un gobierno de concertación tipo punto fijo es eso, una ilusión que precipitará la barbarie fascista. La tarea que la historia nos impone es avanzar hacia el Socialismo de la única manera que esto es posible, elevando el sentimiento altruista. Si caemos en la tentación de ir por el camino del clientelismo, de la compensación material, nos convertiremos en sepultureros de la Revolución , del sueño de Chávez y de su recuerdo.
¡Con Nicolás caminan Los Libertadores!

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