La Revolución
Pacífica, cuando va a las elecciones burguesas, enfrenta dos dimensiones:
Una, la dimensión burguesa. Lo
importante en ella es mantener la capacidad de reproducción del capitalismo,
prevalecen los números, la propaganda efectista, las encuestas. Es un
territorio comercial, allí se imponen las reglas del mercado. Los partidos
oligarcas se confinan en esta dimensión.
La otra dimensión es la capacidad de ir al
Socialismo. Se mide por la relación de la Conciencia del Deber Social con
la Propiedad Social que la soporta. A este binomio algunos lo llaman el Pilar.
Cada dimensión tiene sus propias reglas, su lógica,
exige un comportamiento. De ellas emerge el pueblo con una determinada ética,
con una moral.
Estas dos dimensiones, aunque se influyen mutuamente,
son también independientes. Se presentan varias posibilidades: es
posible el triunfo en la dimensión burguesa y la derrota en la dimensión
socialista, o peor, a costa de ella. En este caso el triunfo enmascara la
derrota estratégica, la Revolución se desgasta y abre paso a fórmulas
restauradoras.
También se puede dar el caso de triunfo en la
dimensión socialista que no se concreta en la dimensión comercial, en este caso
el Socialismo sale fortalecido.
Lo ideal sería que los triunfos en las dos dimensiones
se potencien, que el triunfo en una signifique el éxito en la otra, en este
caso la Revolución consigue descifrar la ecuación de la Revolución
Pacífica , va camino a consolidarse.
Un análisis de los recientes resultados electorales
debe considerar la relación de estas dimensiones. Veamos.
Comencemos por la fase de propaganda de la campaña
revolucionaria. Ésta se apoyó en los logros materiales de lo
que se llamó el pago de la deuda social heredada de los gobiernos burgueses. Se
predicaban las facilidades para adquirir viviendas equipadas, vehículos, cifras
de alimentación, educación, en resumen, en las virtudes de un reparto abundante
de la renta. Este reparto se contrastaba con el trato que la burguesía daba a
la renta: transvasarla hacia los países desarrollados por vía del petróleo
barato.
No hubo exigencia de un cambio en la conducta de la
masa, de contraprestación social, se otorgaban los bienes sin exigir cambios en
la conducta que elevaran la Conciencia del Deber Social, el sentido colectivo.
Se hizo concesiones a la lógica de la dimensión burguesa de las elecciones.
La acción económica de la Revolución no se usó para
elevar la Conciencia del Deber Social, para potenciar el Pilar socialista, sino
para obtener ventaja en la dimensión comercial. De esta manera se le hizo
concesiones, se potenció a la restauración. Aunque en esta dimensión se
triunfó, se debilitó la vía al Socialismo. Aunque a primera vista no se
perciba, al gobierno se le expuso a un zarpazo.
Sólo en los últimos ocho días de la campaña, el
Comandante rompió el cerco de una elección tradicional, llena de clichés, e
impuso su fuerza espiritual, ese cambio, ese giro, fue determinante en el
resultado final, sin duda movilizó el alma de los humildes.
¡Con Chávez Rectificar!
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