7.4.11

LOS VIENTOS DE ABRIL (Jueves 07-04-2011)

Los tenebrosos vientos de abril no desaparecen de la política venezolana, soplaron fuerte presagiando la tormenta de diciembre del 2002, y ahora regresan anunciando nuevas confrontaciones.

Los oligarcas, los capitalistas, no aceptan a la Revolución, buscan yugularla con variadas armas. A veces se sientan con nosotros, pero ocultan el puñal esperando el momento propicio a la traición anunciada. La mayoría de las veces muestran su rechazo genético a los cambios, pasan el día lanzando dardos, planificando crueldades. No condenan el magnicidio, ni reconocen la legitimidad del gobierno, reclutan a oportunistas. El golpe de Estado revolotea sus intenciones, siempre.

Si observamos los vientos que soplan hoy, y los comparamos con los de abril, encontraremos claros presagios de una nueva aventura que avanza rápido. Veamos.

Tal como ayer, hay desconocimiento del gobierno: se crea una imagen de ilegalidad, de tiranía, todo conduce a justificar la asonada.

Se dice que la Revolución Bolivariana es idéntica a Libia, invocando la misma invasión, se establece la relación con el caradurismo propio de estos tiempos, cuando se “protege” a civiles cayéndole a bombazos.

Se liga a Venezuela con el narcotráfico, con células terroristas, no pasa un día sin que altos voceros gringos lancen sus mentiras, trazan la imagen que justifique el asalto.

Todos los días susurran a los militares, intentan desprestigio, se deforma el concepto de Milicia, se levantan viejos fantasmas, se buscan justificaciones a la traición, se llama descaradamente a desconocer al gobierno, amenazan y alaban a militares, es una operación muy fina, propia de las agencias de inteligencia extranjera.

¿Qué hacer?

La situación es grave, sin embargo es promisoria, recordemos que las crisis son revolucionarias. Lo primero que debemos resolver es el escenario ideológico. Veamos.

La historia es muy clara: Revoluciones que no avanzan con decisión y rapidez son yuguladas por la restauración. La velocidad de los cambios viene dada por la capacidad de derrotar al reformismo y a la conciliación que la habita.

Recordemos que los mantuanos trabajaron desde adentro hasta apagar el fuego de la Primera República, la perdieron y se conoció como la República Boba. El Libertador en el Manifiesto de Cartagena describe con precisión las debilidades de ese intento independentista, y señala las causas de su caída.

El estallido libertario del 23 de enero del 58, punto de origen de toda esta historia bolivariana, fue capturado por los reformistas de entonces, hoy explicablemente agrupados en mesas y frentes oportunistas. Fabricio Ojeda, Presidente de la Junta Patriótica que derrotó la dictadura, reconoce en su carta de renuncia al congreso, cómo el reformismo castró la posibilidad revolucionaria.

Los clásicos apuntan como causa de la caída de la Comuna de París, la primera República Proletaria, a las dudas para defenderse de los reformistas y conciliadores.

La Revolución Bolivariana, de alta vocación pacifista, es asediada por los embates golpistas que se escudan en la mentalidad y legalidad burguesa que la constriñe.

¡La Revolución tiene como primer deber y derecho defenderse! No puede asistir petrificada a la construcción de su patíbulo.

¡Con Chávez Resteaos!

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