6.4.11

EL CÓDIGO DE INDIAS (Miércoles 06-05-2011)

El Estado burgués, instrumento de la dominación burguesa, construido para su perpetuación, se resiste de mil maneras a ser superado. Uno de los problemas principales de la Revolución es cómo hacerlo. La respuesta es difícil, y más si la Revolución transcurre en condiciones pacíficas. La experiencia nos va señalando caminos. Veamos.

En la Revolución pacífica es vaporoso el límite entre lo viejo y lo nuevo, está envuelto en la bruma de la costumbre. Carece del impacto de la toma del poder por un acto de fuerza que inmediatamente genera una pasión, una épica, un sentimiento amoroso, de altruismo, que se hace ley y delimita con nitidez los campos.

El líder de la Revolución pacífica es el jefe del viejo Estado y simultáneamente el generador de su sustitución.

En condiciones pacíficas la comprensión del cambio es más compleja y la exigencia a los pioneros es muchísimo más sacrificada. No hay eventos heroicos, al contrario, las acciones son, con frecuencia, sordas, incomprendidas. Los sistemas de valorización de las conductas se confunden, lo que antes era ilegal, ahora adquiere la legalidad que le confiere la necesidad de hacer y preservar la Revolución. Lo que antes era legal, debe ser condenado por la nueva ética que comienza a surgir.

Estamos en una condición semejante a la Revolución de la Independencia, allá ningún patriota pretendía aplicar el “Código de Indias” a las acciones de la liberación.

Ahora la vanguardia no realiza acciones militares tradicionales, o mejor, las acciones militares se presentan de otra manera: el ejército realiza labor social, los Generales reparten alimentos, los oficiales rescatan damnificados, ahora los civiles se convierten en milicia. La producción es batalla, el ahorro eléctrico es ofensiva contra el enemigo. El trabajo voluntario entrenamiento y acción militar. Las Misiones son comparables con la Campaña Admirable, con Carabobo.

El viejo Estado debe dar lugar a lo nuevo, y debe hacerlo en condiciones pacíficas. Es necesario proteger las formas del nuevo Estado que van surgiendo, es vital amparar a los pioneros en la fundación de este nuevo mundo.

Para eso es imprescindible construir una nueva legalidad, en la que la ley fundamental sea la protección de la Revolución, donde ese sea el principal criterio de legalidad.

Es urgente que los Consejos Comunales y las Comunas dejen de ser entes aislados, fomentadores de egoísmos, y se constituyan en tejido social, soporte de la visión de sociedad y humanidad, sólo de esta manera podremos entender, sentir el espíritu altruista de la Revolución.

De este tejido social, que será esencia del nuevo Estado, se desprenderá la necesidad de nuevas instituciones y manera diferente de elegirlas.

Este es el camino que la práctica y la teoría dictan para la sustitución del Estado burgués, es la manera de consolidar los avances. No hacerlo es dejar a los pioneros y a su obra a la disposición de la voracidad de un Estado capitalista, que se defiende, que aplasta desde adentro y desde afuera a las formas y acciones revolucionarias que van naciendo.

¡Con Chávez Resteaos!

No hay comentarios.: