19.3.11

EL CIMIENTO DE LA REVOLUCIÓN (Sábado 19-03-2011)

El rumbo, el futuro de toda Revolución, depende de la fortaleza de sus cimientos más esenciales: si estos fallan, irremediablemente vendrá la caída, si estos son fuertes, el proceso es capaz de resistirlo todo. Veamos.
El principal de estos cimientos es moral, ético, espiritual, es el sentido de pertenencia a la humanidad, el convencimiento de que sólo en sociedad se pueden resolver los problemas, que las salidas individuales en definitiva son espejismos.
La historia demuestra que la caída de cualquier Revolución, siempre es precedida por un resquebrajamiento de este cimiento principal. La instauración de las salidas individuales, el debilitamiento del sentido de pertenencia a la sociedad, reclama la formación de una corriente, de una postura política que se enfrenta al Socialismo, a la sociedad.
De esta manera se fortalecen las opciones restauradoras, surgen las explicaciones para el deslizamiento hacia el capitalismo, los eufemismos toman cuenta de la política, los principios se hacen laxos y vistos como extremismos, la convivencia pacífica con la ética egoísta, burguesa, abre camino a más concesiones.
Así, la ética del egoísmo, del individualismo, se fortalece con mil excusas. Ahora el pensamiento revolucionario es visto como un exceso, como un extremismo extemporáneo.
La fractura del cimiento ético es silente, sólo se percibe cuando alcanza niveles elevados y sus consecuencias ponen en peligro a la Revolución. Antes todo parecía ir bien, el mar político estaba tranquilo, la masa se comportaba como siempre, pero un día decisivo, cuando se requiere de su concurso, permanece sentada observando la agonía de los gobernantes distantes, que ya no percibe como suyos.
Al final la Revolución se desmorona, se esfuma frente a la estupefacción de los revolucionarios que no supieron ver el descalabro, sumergidos en sus parcelas, en sus burbujas, extraviados en objetivos que descuidaron el cimiento principal.
De este cimiento ético se desprende la necesidad de organizarse: sólo una sociedad constituida en tejido social es una sociedad integrada, verdadera, puede funcionar en conjunto, dar respuesta, reaccionar. Y, lo que es muchísimo más importante, sólo organizada es capaz de realizar el sentido de sociedad.
Las Revoluciones deben tener puestos de observación, monitorear el cimiento ético, analizar las señales que envía la realidad. Las reacciones de la gente son muy importantes, observar la manera como intentan resolver sus problemas, las conductas egoístas, las altruistas, sus metas, las razones que los mueven, sus sueños, el amor hacia su dirigencia, el respeto por sus líderes.
Se deben prestigiar las conductas altruistas, premiar con estímulos morales a las conductas de pertenencia a la sociedad, combatir las soluciones egoístas. En resumen: es necesario, urgente para la Revolución, promocionar la Cultura del Deber Social.
El enemigo, porque eso es la oligarburguesía, bien peligroso y cruel, si sabe de la importancia del cimiento ético, conoce del daño que le hace a una Revolución el egoísmo, y no pierde oportunidad de estimularlo. Cuando estas conductas se presentan entre nosotros, hacen fiesta, y lo publican en todos sus medios de nocomunicación.
¡Con Chávez Resteaos!

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