30.4.09

DECIR LA VERDAD

Estamos en medio de un inteligente asalto de la oligarquía nacional en yunta con el imperio. Están usando contra nosotros todo el conocimiento acumulado en siglos de tropelías.
Uno de sus grandes puntos de apoyo es el manejo de la crisis que presagia profundizarse cada día más. Ellos planifican usarla para desestabilizar y derrumbar a la Revolución y al Comandante. Nosotros debemos estudiar bien la manera de ponerla al servicio del avance del Socialismo.
Lo primero que debemos analizar son las técnicas del capitalismo en la manipulación de las masas. El capitalista tiene un arma poderosísima para engañarlas: La Promesa. Ellos han conseguido que los pueblos dominados confundan, asemejen, promesas con realidades, así una ficción vale tanto como una realidad, sumergen a las sociedades en mundos de mentiras y allí las manipulan a su antojo.
Otra arma poderosísima es el análisis superficial, el que enmascara el análisis estratégico, profundo. De esa manera consiguen que la masa hipnotizada por la inmediatez cambie oro por oropel, sea incapaz de relacionar lo de hoy con sus consecuencias para mañana.
Usan estas armas, y junto a ellas estimulan los valores del egoísmo, del lucro fácil, de las necesidades ficticias, del miedo al despojo, etc. Es toda una estructura de ataque psíquico al servicio de la dominación, que debe ser desmontada por la Revolución.
Siempre es importante este desmontaje, pero en tiempo de crisis adquiere necesidad de vida o muerte. Veamos.
Una de las grandes armas de la Revolución es la verdad, la otra, la confianza en el pueblo que conoce esa verdad. Veamos un ejemplo.
En una situación como la de la industria petrolera, por ejemplo, pero también vale para cualquier industria del Estado donde se discuta un Contrato Colectivo y simultáneamente unas elecciones, la forma capitalista de actuar es hacer estridencia: prometer luchas con metas exageradas, gritar, amenazar, el que tenga capacidad de más bulla, el que más pida, más chance tendrá en las elecciones.
La forma revolucionaria de actuar, es diciendo la verdad:
…“compañero, si nuestra actitud pone en peligro el Gobierno Revolucionario, si por nuestra insensatez truncamos la Revolución, si viene el fascismo, entonces, el desmejoramiento de los obreros y del pueblo será inmenso, la represión sobre los verdaderos líderes sindicales, los que defienden de verdad al obrero, será tremenda. Las empresas serán privatizadas. En el país aumentará la miseria, se acabarán las Misiones, la educación, la salud serán para unos pocos privilegiados, todo será privatizado. Ese es el capitalismo que vendrá, las reivindicaciones hoy conquistadas serán holladas”.
Con esta actitud revolucionaria, es más difícil hacerse entender, se corren riesgos de incomprensión, pero es la actitud correcta. Si caemos en demagogia, si vamos al facilismo, no educamos y el daño será mayor.
No hay forma de salir de la crisis, de transformarla en una oportunidad revolucionaria, sin que los líderes revolucionarios desechen la lógica y los métodos capitalistas. La Verdad es Revolucionaria.
¡Chávez es Socialismo!

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