26.4.09

LA PRÓXIMA BATALLA

La guerra contra el imperio es infinita, mientras exista la bestia habrá confrontación, no hay arreglo posible, las ilusiones rápidamente se disipan. En la Cumbre de Trinidad se evidenció con claridad esta verdad. Veamos.
El imperio maniobró rastrero, el ALBA se batió estelar. Sin embargo, la declaración final fue firmada por un solo Presidente en nombre de un raro consenso, según conocemos se apuntala a la nefasta OEA.
El balance general, con los retorcimientos y confusiones propios de una reunión de este tipo donde se lidia con la bestia de las mil tropelías, no es malo: se dejó sentado que otra posición, otra dignidad se construye poco a poco en el continente, luchando contra muchas adversidades y errores, pero siempre avanzando.
La Reunión de Trinidad nos deja muchos retos, muchas cosas que afinar, experiencias que asimilar, y la urgente necesidad de prepararnos para las próximas batallas en esta guerra infinita.
En la lucha antiimperialista se debe ir más allá de las declaraciones, los Estados Unidos ignora los votos y la voluntad del planeta, desconoce el mandato de la mayoría de la ONU, está demostrado que no se inmuta ante la condena retórica de los pueblos del mundo.
En el caso nuestro, una batalla ineludible es la profundización de nuestra vocación antiimperialista. Ya la etapa declarativa, que se presta a confusiones, debe quedar atrás, ahora es necesario avanzar hacia una respuesta fuerte y concreta.
La campaña por la Libertad inmediata y sin condiciones de los Cincos prisioneros Cubanos Héroes de la Humanidad , luchadores contra el terrorismo, que son prisioneros del imperio sin cometer ningún delito, es una buena causa para agrupar a pueblos y gobernantes de América.
Es necesario ir más allá en la postura antiimperialista, pasar a otro nivel, dejar atrás lo puramente declarativo que ya sabemos el imperio lo ignora. Se debe pedir la libertad inmediata de estos héroes, declarar que no se volverá a ninguna cumbre, ni reunión de la OEA , mientras Estados Unidos los mantenga secuestrados.
La batalla por la libertad de los Cincos Héroes, además de lo justo, es una acción que nos educa y nos enaltece, porque los pueblos movilizados alrededor de causas altruistas se hacen concientes de su fuerza, se unen, fraternizan, experimentan la gloria del deber cumplido, en resumen, rescatan su condición de humanos.
Que el continente vibre de indignación frente a la injusticia que se comete con estos Héroes, que esa indignación tome concreción, es una de las lecciones más importantes que podemos dar.
Cuba, siempre solidaria, solidaria en exceso, si es que eso es posible, merece, más que ir a la OEA , que el continente, en la práctica, la arrope con un sentimiento de fraternidad, y esta es una oportunidad, el rescate de sus hijos, que son hijos nuestros.
Y es Venezuela, la Revolución Bolivariana la llamada a ponerse a la cabeza de este sentimiento.
Recordamos que aquí se decretó la Orden del Libertador para ellos, ahora sería una buena oportunidad para concretar el Homenaje.
¡Chávez es Internacionalismo!

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