Todas las manifestaciones sociales están íntimamente ligadas, todas dependen, se influyen, se condicionan mutuamente, formando un sistema social, que gira fundamentalmente y en última instancia alrededor de las relaciones de propiedad. En este conjunto nada está aislado.
La oligarquía trata de presentarnos los componentes sociales como aislados, de esta manera, la relación de propiedad no tendría nada que ver con la formación del partido, o con el mensaje que difunden las telenovelas, ni con lo que se consume o se produce en la sociedad. Esta fragmentación favorece a la oligarquía, porque impide la comprensión del funcionamiento social y encubre dónde y cómo se deben dar los cambios revolucionarios.
Así, podemos caer en la ficción de pensar, por ejemplo, que podemos tener conciencia socialista, con una economía capitalista, que es posible construir un partido socialista auténtico, en un ambiente de egoísmo capitalista, que la ética está aislada de la economía.
¿Cómo abordar el conjunto?
Lo que en última instancia va a determinar al conjunto social son las relaciones de propiedad. Podemos decir, parafraseando a los clásicos, que la historia de la humanidad, es la lucha de las clases por cambiar las relaciones de propiedad.
La Revolución Bolivariana ha llegado a un punto en que la pugna por la hegemonía de las formas de propiedad se elevó a un plano cardinal, y de la forma como se resuelva, así será la sociedad que construyamos. Ampliemos.
Para consolidar el Socialismo que recorre el espíritu de la Patria, es imprescindible establecer la Propiedad Social como forma hegemónica de propiedad de los medios de producción. Expliquemos.
El Socialismo, es y tiene como fin esencial, recomponer la sociedad que el capitalismo ha fragmentado en egoísmos. La desintegración social surge de la economía capitalista, que consiguió transformar a todos los aspectos de la vida en una mercancía, en el capitalismo todo se puede vender y comprar, inclusive, y principalmente, el trabajo humano, el humano se puede comprar y vender. Al transformarnos en mercancías actuamos como enemigos competidores, he allí el origen de la sociedad fragmentada.
En esta lucha feroz por recomponer a la sociedad, una de nuestras principales armas es tener los conceptos firmes, sobre todo el concepto de propiedad. En este campo la oligarquía siembra sus extravíos. Aclaremos.
La Propiedad Social sobre los medios de producción, es la propiedad de toda la sociedad, ejercida por medio del Estado, sobre un medio de producción.
Cuando esta forma de propiedad es hegemónica, entonces la sociedad trabaja para sí misma. Y como la sociedad se relacione con el trabajo, así se relacionarán sus miembros.
De esta manera las relaciones amorosas consiguen su fundamento, ya nadie se puede apropiar del trabajo de nadie, ahora la meta no es aumentar el capital, sino aumentar el bienestar de la sociedad, que es aumentar el bienestar de cada uno de sus miembros.
Allí se construirá el hombre nuevo. Todo: el partido, el Estado, la conciencia, girará alrededor de esa relación económica y surgirá la nueva relación espiritual amorosa.
¡Chávez es Socialismo!
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